El Sporting no se molestó en pelearle la posesión al Barcelona. Se encargó de encerrarse y esperarle atrás
Adriano desatasca. El tanto de Adriano resultó decisivo en un partido en el que el Barça apenas creó ocasiones. Una muralla. La defensa del Sporting destacó por su solidez en la última línea. De poco le valió al Barça tener la pelota si apenas pudo tirar.
Una vez Clos Gómez pitó el final de la primera parte, se vio a Mascherano conmocionado sobre el terreno de juego tras recibir en la última jugada un involuntario rodillazo de su compañero Dani Alves.
El central argentino se quedó grogui por el impacto y por las imágenes pareció que estaba algo mareado. En una internada en el área del Sporting, Mascherano fue al suelo para rebañar un balón y el tropiezo de Alves hizo que impactara sobre la cabeza de Masche. Por suerte todo quedó en un susto y finalmente, Mascherano pudo jugar la segunda parte.