El juego que muestra Neymar estrella del Santos y de la selección brasilera, es provocador de faltas y agresiones, que ponen en riesgo la integridad física de los jugadores con este estilo, por este motivo en fútbol carioca, se empleará un castigo mayor y ejemplar para aquellos futbolistas agresores y fanáticos del juego duro. Esta decisión trae a la mente las palabras de Ronaldo `el fenómeno´, quien había pedido a los árbitros `proteger´ a los talentosos del brasileirao, aunque sin dejar a un lado el tema de que `el fútbol es para hombres´. Pero esta no es la única cara de la polémica, porque tambien hay personajes que critican el juego de Neymar y manera en como los jueces `protegen´ al jugador. Nada más mirar las declaraciones del entrenador del Flamengo, Vanderlei Luxemburgo, que dijo este domingo que Neymar recibe «demasiada protección» arbitral.
«Yo también recibí mucho jugando al fútbol, pero creo que los árbitros en Brasil deberían proteger más a esos talentos, aplicando la regla del fútbol. Sufren muchas faltas y muchas son para tarjeta y expulsión», dijo Ronaldo, en un acto en el que estaba acompañado de Neymar.
«Los árbitros tienen que entender que él puede recibir un marcaje más duro y con lealtad. Solo así va a crecer, incluso pensando en el Mundial (de 2014)», dijo Luxemburgo después del partido que le enfrentó al Santos por la Liga brasileña y que terminó 1-1. «Existe una protección muy grande. Quien le pegue un golpe (a Neymar) tiene que llevarse la roja, pero cualquier toque a él es falta. Esa protección puede traerle un gran perjuicio», prosiguió el entrenador.
El guardameta del Sao Paulo, Rogerio Ceni, dijo el mes pasado que Neymar simulaba «el 50 por ciento» de las faltas que le pitaban los árbitros. En respuesta, el Santos, un rival acérrimo del Sao Paulo, elaboró un vídeo de compendio de todas las faltas que había recibido su delantero estrella.
Según las estadísticas de la web UOL, Neymar es el jugador que recibe más faltas de la Liga brasileña, un total de 110 en 17 partidos jugados, lo que arroja una media de 6,47 infracciones pitadas por encuentro.
«Cuando me derriban, me levanto y vuelvo a encararlos de nuevo. (…) A veces me irrito un poco más, pero entonces cuento hasta diez y sigo adelante», añadió.