El conjunto matecaña perdió 0-1 en su visita al Deportes Tolima, en un partido correspondiente a la fecha 14 del rentado colombiano y que sentenciaría el descenso, del conjunto pereirano. Un solitario gol del pereirano Rafael Castillo (minuto 81´) cazando un rebote y colocando el esférico lejos del alcance del portero, para acabar con las esperanzas del Pereira y enviarlo a la primera B del fútbol colombiano. Esta nueva derrota se suma a los 34 partidos que ha perdido el conjunto matecaña durante el año, un dato que refleja la floja campaña y el resultado final, que le obliga a jugar el otro año en la segunda división. La culpa no fue de Rafael Castillo, que llegó del banco del Tolima para anotar el 1-0 que sentenció la suerte del equipo del que es hincha confeso.
No, la culpa del descenso anticipado del Deportivo Pereira, histórico por demás pues nunca un equipo había descendido con cinco fechas de anticipación en Colombia, es de los dirigentes. Esos a los que la hinchada señala con razón porque en la capital risaraldense todos saben que las cosas se hicieron mal. Tan mal, que durante más de un año el equipo no ganó y logró el antirécord de 34 jornadas sin conocer una victoria. Con esa marca no sólo es increíble que no hubiese descendido ya, sino que es casi ridículo que tuviera posibilidades de salvarse. Cosas del sistema…
Lo cierto es que el Tolima acabó con la agonía de un muerto viviente, pero su eutanasia desató una tragedia en Risaralda en donde se ven de nuevo en la B, como en 1997, cuando descendieron para estar tres años en segunda.
Hasta el gol de Castillo fue apretado, confuso: una serie de rebotes en la cabeza del área pereirana terminaron con la pelota en los pies de Rafael, que remató fuerte para vencer a ‘Rufai’. Fue al minuto 36 de la segunda parte, minutos después de que el autor reemplazara al inoperante Parra Cadena, pero ese 1-0 no fue el que descendió al Pereira.