Quince heridos y 62 detenidos dejan los disturbios tras el descenso del América de Cali.
El histórico descenso de América de Cali a la segunda división del fútbol colombiano desató una furia incontrolable entre los aficionados escarlatas, que desde el pitazo final del encuentro la emprendieron en contra del estadio, los mismo hinchas y la policía. El saldo de los disturbios presentados en la noche del pasado sábado no son nada agradables, un total de 15 heridos y 62 detenidos, que deja la trágica perdida de categoría de los `diablos rojos´ en manos de Patriotas Boyacá. Sonará patetico decir que al menos en esta ocasión no hubo muertos, como si los hubo en Junio pasado, cuando el que vivía el infierno del descenso era River Plate, uno de los clubes más populares de argentina, del continente y del mundo entero.
Los datos finales fueron entregados por el general de la policía, Rodolfo Palomino, mediante unas declaraciones a la prensa de la seguridad ciudadana. «Sabíamos que en Cali había la posibilidad de que se presentaran disturbios. Además de los lesionados se presentaron daños en 16 establecimientos a las afueras del estadio Pascual Guerrero, 9 vehículos fueron averiados, 62 personas fueron detenidas y 42 armas blancas incautadas».
Fue la primera vez que un equipo de la división de ascenso supera a uno de la máxima categoría en la llamada ‘promoción’, que enfrenta al penúltimo de la categoría A con el subcampeón de la B. Lo razonable es que se trataba de uno de los equipos más ganadores de Colombia con 13 títulos y al lado de Millonarios, pero nada de esto son excusas para actuar como en esta ocasión actuaron los hinchas vallecaucanos. Por delante la cultura y el amor a la camiseta, aunque a veces pensemos que es culpa de los jugadores y no de las malas administraciones, que en los últimos años han salido a flote en varios equipos del rentado cafetero.