José Mourinho y Josep Guardiola enfrentarán sin rencores su noveno derbi español.
El portugués y el español una vez más se verán las caras en el que será el noveno clásico español, desde que el luso asumió en el banquillo blanco y Guardiola se puso al frente de los blaugranas. Este nuevo derbi podría servir para sellar la reconciliación de los dos entrenadores, que en un par de ocasiones mostraron públicamente sus diferencias, pero los partidos han pasado y con tantos clásicos de por medio, las cosas han cambiado y en el Bernabéu, se espera que Mourinho salude a Guardiola y muestre que no hay rencores con el español. La relación entre los dos entrenadores ha tenido un cambio radical en los últimos días, tanto así que parecen estar de acuerdo en que sólo se hable de fútbol y no de guerras dialécticas.
Cuando se den la mano en el banquillo del Bernabéu, quedaran atrás los capítulos negros que se vivieron al rededor de la discusión entre los dos estrategas. Los primeros pasos los ha dado Mourinho, que tras dar la mano a Tito Vilanova en el último Clásico y desearle públicamente una pronta recuperación, tuvo el detalle de reconocer que Guardiola era el justo vencedor del Balón de Oro al mejor entrenador de la pasada temporada. Éstas palabras han servido para tender la mano a Guardiola, que fueron rápidamente correspondidas con un guiño del técnico azulgrana en la siguiente rueda de prensa: «Competimos contra un rival con el que no nos podemos permitir fallos porque son fuertes y fiables».
Con la paz casi sellada, hay que echar la vista atrás para ver cuál fue el momento de máxima tensión entre ellos. La fecha del 26 de abril de 2011 no se le olvida a ninguno. Fue el día en el que se atacaron sin límites en la rueda de prensa previa al partido de ida de la semifinal de la Champions que se jugó en el Bernabéu, donde ambos estallaron en contra de su colega.