En el primer encuentro sin Villas-Boas los `blues´ derrotaron 1-0 al Stoke City.
De la mejor manera inició la nueva era del Chelsea con la dirección técnica de Roberto Di Matteo, quien asumió provisionalmente ante la desvinculación del portugués Andres Villas-Boas. El conjunto londinense hizo valer su condición de local y derrotó por la mínima diferencia al Stoke City, en un partido que tuvo en la banca al criticado Fernando Torres y que sirvió para que el delantero marfileño Didier Drogba, marcará su gol 100 en la Premier y se convirtiera en el primer africano en llegar a esta cantidad de celebraciones. La victoria mantiene al club londinense en la lucha por la cuarta plaza de la clasificación.
Di Matteo, que preparó el partido de liga en medio de los rumores sobre su posible sucesor en el banquillo de Stamford Bridge, sabía que disponía de dos encuentros para convencer a Abrámovich: el de hoy ante el Stoke y, sobre todo, el del próximo miércoles de Liga de Campeones ante el Nápoles. Al contrario que su predecesor, Di Matteo pobló el centro del campo de centrocampistas y salió al terreno de juego de Stamford Bridge con Ramires, Lampard, Obi Mikel y Meireles, dejando así al español Juan Mata en el banquillo.
El técnico italiano apostó por la «vieja guardia» y alineó a Terry, Lampard y Drogba, jugadores que, según los medios de comunicación británicos, se habían enfrentado con el anterior entrenador. Otros futbolistas con los que apenas contó Villas-Boas, como son el nigeriano John Obi Mikel o el marfileño Salomon Kalou, aparecieron en el once inicial de Di Matteo. Al final el experimento le sirvió al técnico, que se fue con un gran aplauso del Stamford Bridge.