Hinchas y jugadores del Livorno se reunieron para despedir al joven futbolista.
Suena patético decirlo, pero Piermario Morosini, fue despedido como todo un héroe por los hinchas, jugadores y directivos del Livorno, quienes se dieron cita en el estadio Armando Picchi, donde fue expuesto el féretro del futbolista con su cuerpo, para dar el ultimo adiós al volante italiano, quien falleció el pasado sábado a los 25 años tras desplomarse en un encuentro de la Segunda División (Serie B) entre el equipo toscano y el Pescara.
El féretro con el cuerpo de Morosini llegó este martes a bordo de un coche fúnebre y dio dos vueltas a la pista de atletismo que bordea el césped del estadio (para abrir y cerrar la breve ceremonia de homenaje), mientras el llanto se refundía entre los aplausos de la afición toscana. Posterior a esto hubo varios actos sentimentales que protagonizaron los colegas de Morosini.
Por ejemplo, algunos compañeros de plantilla, que llevaban una camiseta con el número 25 que lucía Morosini, depositaron sobre el féretro bufandas del equipo y el obispo de Livorno, Simone Giusti, bendijo el ataúd junto a la corona de flores enviada por el presidente de la República, Giorgio Napolitano.
Un sector de la grada del Estadio Armando Picchi llevará a partir de ahora el nombre ‘Piermario Morosini’, fallecido en la localidad de Pescara (centro-este) y cuyo cuerpo viajará ahora a su ciudad natal, Bérgamo (norte), donde el jueves se celebrará el funeral. Al cuerpo del jugador se le practicó ayer la autopsia, que concluyó sin que se pudieran determinar las causas exactas de su muerte, a la espera de que se realicen nuevas pruebas, entre ellas las toxicológicas.