Desde el banquillo del Real Madrid, el luso trabaja la mente de los jugadores londinenses.
Paradójicamente después de que su equipo certificó su presencia en semifinales, el luso lanzó un mensaje sorpresivo: «El Barça jugará la final, son muy buenos, sólo falta saber ante quién». La ironía suele ser uno de los ingredientes que nunca falta en sus comparecencias públicas, pero esta vez la acidez de Mou se transformó en armamento psicológico para motivar a sus amigos del Chelsea y rival del Barcelona en las semifinales.
Desde que dejó el banquillo de Stamford Brigde, el 20 de septiembre de 2007, Mou no ha ocultado cariño para con su ex-equipo y ha fomentado los lazos con la columna vertebral de aquel equipo que terminó por transformar la historia del Chelsea. John Terry, Frank Lampard o Didier Drogba han navegado entre el discurso público de Mou y el privado, y al igual que el vestuario del Real Madrid, traducen como deben los mensajes del luso.
No es la primera vez que el preparador de Setúbal da por perdido un partido o dé como clasificado a un equipo antes de que se dispute la eliminatoria. La temporada pasada, tras el 0-2 que encajó el Madrid en el Bernabéu ante el Barcelona en las semifinales de la Champions League, Mou salió con un tono absolutamente derrotista, aunque fuera solamente de boquilla: «Sí, la final está perdida», resumió entonces.
La historia ya se conoce. El Madrid apretó al Barça hasta sus límites y a punto estuvo de dar la campanada en el Camp Nou. Meses después, Mou vuelve a repetir la misma táctica psicológica aplicándola a distancia sobre las mentes de los que fueron sus dirigidos.