Los jugadores de los que más se esperaba, al final pasaron desapercibidos por el Alianz Arena.
El encuentro disputado entre Bayern Munich y Real Madrid, dejo muchos aspectos y datos curiosos para analizar. Los alemanes ganaron y mantienen la ‘paternidad’ sobre el conjunto español. Aunque siendo justos fue un partido bastante disputado e igualado, que se terminó descifrando por la efectividad del local a la hora de marcar.
Pero en términos generales, el partido no fue tan eufórico como se esperaba y eso se vio reflejado en diferentes duelos individuales, que en la previa al partido prometían muchas cosas y que a la hora del juego, no pudieron ratificar eso que se especulaba. El duelo que más expectativa generó y que luego más desilusionó, fue el de Robben y Cristiano, quienes no marcaron diferencia entre el resto de sus compañeros.
El portugués tuvo menos protagonismo que en otras ocasiones. Le costó entrar en juego, aunque intentó asociarse con Benzema, el mejor de los merengues en ataque. A pesar de su gris partido, Cristiano resultó decisivo en la consecución del gol merengue. El luso, que falló un mano a mano con Neuer, se redimió enseguida al asistir a Özil.
Peor fue el partido de Arjen Robben. Prácticamente desaparecido en la primera parte, hubo que esperar a la segunda para ver su primer disparo a puerta. Una jugada típica del ex madridista. Arrancada por la derecha, recorte en la frontal y zurdazo que se fue alto. Todo el protagonismo que hoy debía recaer en el extremo del Bayern, lo reclamó para sí Franck Ribéry.
