De una favela salió el nuevo fichaje del Barcelona

El conjunto catalán se apuntó un golazo en labor social y pone tus sus esperanzas sobre el talentoso joven brasileño.

El Barcelona es sin duda alguna uno de los mejores equipos del mundo; su historia, sus títulos, su ‘imponedor’ estilo de juego, su cantera, todo, lo tiene todo para ser el club favorito de muchas personas en el mundo. Pero más allá de todo lo que ha conseguido el conjunto azulgrana en este deporte, yo siempre he admirado la capacidad y el gran corazón que tienen sus principales directivos, quienes en repetidas ocasiones han puesto ese reconocimiento mundial a favor de los ‘más necesitados’ y han demostrado con grandes gestos de labor social, que todos somos iguales y tenemos las mismas capacidades de triunfar.

Muchos abuelos, adultos, jóvenes, mujeres, hombres y especialmente niños, se han visto beneficiados por un club que deja a un lado la pelota y la competición, para llenar de alegría a quienes los idolatran.

Esta vez se trata de Paulo Henrique Pereira Sena, un jugador brasileño de 14 años que fue formado en una de las escuelas de fútbol abiertas en las favelas de Río de Janeiro que antes eran dominadas por narcotraficantes y que fueron «pacificadas» por la policía. El pequeño, desde 2009 se entrena en la escuela de fútbol «Zico 10» de la favela Cidade de Deus y ahora se da el lujo de decir que forma parte de uno de los mejores equipos del mundo.

Paulo, firmó un contrato que lo compromete de ahora en adelante con el club español, según informó hoy la gobernación de Río de Janeiro, que financia los proyectos deportivos en las barriadas pobres pacificadas.

El juvenil inicialmente se juntará durante unos seis meses a otras promesas de clubes profesionales que son formados en una escuela en ‘Xerem’, en las afueras de Río de Janeiro, bajo la orientación de varios psicólogos y entrenadores. Después viajará a Barcelona para sumarse a las divisiones juveniles del club español…

El jugador, beneficiado por un proyecto que se propone formar atletas para los Juegos Olímpicos que Río de Janeiro organizará en 2016, llamó la atención de un observador del club catalán cuando disputaba un torneo amistoso.

Pereira Sena, que es alumno de un sargento de policía en la escuela de fútbol de Cidade de Deus, integró un equipo de jugadores procedentes de comunidades pobres de Río de Janeiro que disputó en China el año pasado la Copa de la Gran Muralla.

Cidade de Deus, una enorme barriada popular en la zona oeste de Río de Janeiro, se hizo famosa por la película del mismo nombre que relata la historia de las bandas de narcotraficantes que dominaban la favela e imponían su ley a la fuerza. Ahora, con Paulo en el Barcelona, espera volver a ser igual o más famosa que en aquella ocasión en la que tuvo protagonistas netamente ‘negativos’.

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