Así lo confirma una entrevista realizada hace muchos años y publicada hace un par de semanas.
La reveladora nota realizada por un periodista argentino ha desatado una nueva polémica en Brasil. Y todo porque el futbolista brasileño Manoel Francisco dos Santos «Garrincha», fallecido en 1983, reveló su resentimiento con Pelé y con sus amigos en una entrevista inédita que concedió un año y medio antes de morir.
Garrincha, que era poco amigo de hablar con la prensa, lo hizo en julio de 1981 con el argentino Carlos E. Bikic, con quien abordó asuntos como su pobreza, la lucha contra el alcoholismo, el abandono de los amigos, de Pelé, la relación con sus hijos y el deseo que tenía de ser técnico de fútbol.
El texto completo de la entrevista con el «Anjo das pernas tortas» (Ángel de las piernas torcidas), fue publicado por primera vez por la edición brasileña de la revista ESPN. Aunque, según Bikic, el material sólo había sido publicado anteriormente de manera parcial en Japón.
Al ser preguntado si el «rey» del fútbol lo visitaba, Garrincha respondió: «¡Que nada! Él (Pelé) es un desvergonzado, se convirtió en estrella ahora», en alusión, según la revista, al romance que en esa época tenía su compañero con María das Graças Meneghel «Xuxa», que comenzaba a brillar en la televisión brasileña.
Garrincha explicó que al terminar su carrera profesional muchas personas próximas desaparecieron de su entorno. «De Garrincha todo el mundo gusta, quiero verlos gustar de Manoel dos Santos, prometer y dar. No es prometer y no dar, ¿entiende? Porque cuando yo estaba en auge, todo el mundo hablaba: ‘¿Qué necesita?, ¿Qué quiere?’ Pero ahora…»
Fallecido el 20 de enero de 1983 por complicaciones de una cirrosis, Garrincha aseguró en la entrevista que había dejado la bebida por recomendación médica. «Siempre aparece alguien invitándome a una cerveza, pero yo les digo: ‘no, muchas gracias, pero no bebo, no puedo beber, está prohibido por el médico'».
En la entrevista, Garrincha habló también de sus hijos (en total tuvo 14 no reconocidos) y citó con orgullo a Ulf Lindberg, fruto de una relación que tuvo en Suecia en 1959, durante una gira del Botafogo. «Él juega fútbol, y es punta derecha (como el propio Garrincha)», dijo, mostrando una foto del chico.
Garrincha y su hijo sueco nunca se conocieron, ya que Ulf Lindberg viajó a Brasil por primera vez cuando su padre ya había fallecido.
Finalmente, al ser preguntado sobre su futuro, Garrincha respondió que le gustaría ser técnico de fútbol, pero subrayó que no aceptaría cualquier propuesta.
«Hay que ir para un buen equipo, que te dé apoyo, así, usted llega sólo para entrenar, el resto es por cuenta del club. Ahora, sacar de su bolsillo para dar dinero para que un jugador pueda volver a casa o para que compre unos zapatos para entrenar, así no sirve. Así no quiero», manifestó.