La reconocida marca americana intercedería para lograr el traspaso más escandaloso de toda la historia.
Para nadie es un secreto que con el pasar de los años el fútbol ha perdido su connotación de ‘deporte’ y ha se ha convertido en todo un negocio. Quizá el negocio más lucrativo que exista en estos momentos y por ello, los multimillonarios han decidido invertir su fortuna en un equipo de fútbol, que podría, en menos de un par de años, multiplicar y hasta triplicar su aporte inicial.
Sin embargo, los directivos o los de ‘corbata’, como dicen en mi barrio, no han sido los únicos beneficiados con el auge que tiene este deporte. Empresas y marcas deportivas han logrado sacar muy buena partida de la popularidad que tiene en el mundo el deporte rey. Tanta es la influencia que hoy en día tienen las marcas sobre el fútbol y viceversa, que estaría por ocurrir una negociación sin precedente en la historia.
Y si habló de marcas, negocio e historia, no puedo dejar de mencionar a Nike; la marca norteamericana, vio atractivo vestir al equipo de París, una ciudad con mucho glamour y nombre en los Estados Unidos, que en 1989 tomaba el relevo de Adidas e iniciaban una incesante campaña que terminaba con el principal objetivo: vestir a la selección brasileña y propocionar botas a sus estrellas. Un hermoso trampolín amarillo que permitía a Nike hacerse con la exclusividad de varios de los equipos más rentables en cuanto a marketing (Barcelona, Boca Juniors, Celtic y Manchester United).
Actualmente, muchas de las decisiones en el fútbol están supeditadas a compromisos publicitarios llegados desde los despachos. El Real Madrid y José Antonio Camacho vivieron un extraño capítulo cuando en 2004 una llamada «recomendaba» al técnico de Cieza sacar a uno de los suplentes en un encuentro ante el Espanyol, David Beckham ingresaba aquel día en el terreno de juego por orden de Adidas.
El poder de estas empresas hace que muchos de los fichajes estén condicionadas por el emblema que aparece en el pecho que no es el escudo sino la marca que los viste. Por ello, los cantos de sirena que suenan desde París sobre la posibilidad de que Cristiano Ronaldo se enfunde los colores del club capitalino podría ser más que posible…
El idilio de Nike y el PSG lleva muchos años intacto y la presencia del portugués, uno de los iconos de la compañía y cuya selección sí viste la empresa norteamericana, en el Real Madrid incomoda para ciertas campañas de imagen que chocan con las tres rayas (Adidas) que han atrapado a los blancos hace unos años y que podrían abrirse, por qué no, para que el crack de Madeira vaya a la ciudad del amor, de la mano de Nike y de la capacidad económica del jeque Al Thani.
De momento todo se maneja como algo hipotético. Sin embargo, eso no le quita credibilidad a esta posibilidad que toma más fuerza con los recientes rumores de la prensa española, en los que se hablaba de una oferta de 100 millones de euros que estaría dispuesto a pagar el presidente del París Saint Germain, por los servicios de CR7.
Así las cosas, el negocio reinaría una vez más sobre el fútbol y Cristiano terminaría jugando en el PSG, gracias al poder y la influencia de Nike, su patrocinador.