El delantero del Barcelona reconoce que fue más importante ser padre por primera vez, que haber sido escogido por cuarta ocasión como el mejor jugador del mundo.
Una vez más me quedo sorprendido ante el poder humano y la humildad que sigue reflejando Lionel Messi. El ariete argentino fue galardonado hace algunos días como el mejor futbolista del mundo (acumuló cuatro balones de oro) y se ve, habla, juega, camina, come y siente como el mismo que hace un par de años no tenía nada. La fama y la idolatría de la gente no ha sido más fuerte que los sentimientos de Lio y así lo ha dejado ver en sus más recientes declaraciones.
‘La Pulga’ concedió una entrevista a ‘El Periódico de Catalunya’, para hablar un poco de su forma de ser, su vida como persona, los cambios que ha tenido la misma en estos últimos años y la influencia que tuvo el haber ganado cuatro balones de oro. Messi sorprendió una vez más con sus respuestas y ratificó que para triunfar en esta vida solo se necesita… ¡HUMILDAD!
El atacante blaugrana mostró reflexivo y dejó al descubierto la importancia que tiene su hijo Thiago en su vida. «Ahora, lo primero es él, después él y, al final, él. Cambió un montón, cambió para todo. Primero está él y luego todo lo demás. Ahora, cuando miras las cosas, tienes otras perspectivas, otras prioridades. A la hora de ver la vida, de pensar cada momento, de analizar cada situación, todo es diferente. Muy diferente».
El argentino siguió explicando lo que siente junto a él: «Te cambia completamente. Antes llegaba a mi casa y seguía como si continuara estando fuera. O sea, con bronca. Si las cosas no salían bien, me la llevaba conmigo a todos lados. Ahora, no. Antes, me encerraba en mí mismo y no quería escuchar a nadie. Ni escuchar ni ver a nadie. Ahora llego a mi casa, veo a mi hijo y me olvido de todo, se me pasa todo».
Ganar el Balón de Oro no le supone ningún cambio: «No, no, la verdad es que en una semana no me ha cambiado la vida. Recibí el premio, la gala, el discurso… Pero, al día siguiente, ya está. Volví a pensar en el Córdoba, luego en el Málaga… Tampoco hay tiempo para más. Como dije entonces, solo tengo tiempo para pensar en el siguiente partido, en lo que viene, en el futuro. No hay más. La verdad es que todos esos momentos son muy lindos, pero pasan muy rápidamente. No puedes ni pararte a pensar en ellos, casi no puedes disfrutarlos».
Entonces, volvió a referirse a sus palabras tras recibir el galardón: «No me gusta hablar, no soy de hacer discursos ni ante mis compañeros. Para mí supone más presión que chutar un penalti».
No quiere compararse con otros deportistas de elite: «Da reparo que me coloquen junto a ellos. Es un orgullo, pero no me gustan las comparaciones. No me creo mejor ni peor que nadie».
Aseguró: «El crítico número uno de Messi es Messi. Juego de delantero centro mentiroso». Y se reafirma: «No sé cuando, pero algún dia jugaré en Argentina», puntualizó un Lionel Messi que dejó ver uno de sus lados más humanos y que deja claro que detrás del ‘futbolista de otro planeta’, hay un ser humano que también siente como nosotros los terrenales.