Daniel El experimentado, veterano y ex-mundialista brasileño es la muestra de que para el fútbol no hay edad y para las limitaciones físicas tampoco.
Vaya sensación de emotividad la que ha generado la presencia de Rivaldo con su nuevo y, posiblemente, último club. Cuando el mundo del fútbol da por hecho su retirada de la actividad y de paso daba la bienvenida a su hijo Rivaldinho, el experimentado futbolista sorprendió con su aparición en el Sao Caetano.
Mucho se rumoreó con respecto a su decisión. Muchos fueron los que pensaron que su rendimiento no sería igual y esto no terminaría siendo más que un fracaso; otros, sus fieles seguidores, confiaron en sus inagotable capacidades y esperaban que este fuera uno más de los capítulos inolvidables en la vida futbolera de uno de los mejores jugadores brasileños de la historia.
Pues bien, tenían razón los que confiaron en su ídolo, ya que el ex-Barcelona, a sus 40 años, consiguió este fin de semana llegar a dos goles en dos partidos con el Sao Caetano, demostrando que sus habilidades siguen intactas y que lo se aprende, jamas se olvida.
Curiosamente, las dos anotaciones que lleva Rivaldo en esta versión del torneo paulista han sido de cabeza, una de las maneras con las que menos goles marcó durante sus mejores años de vida. Parece ser que su resistencia y despliegue físico han sido reemplazados por su ubicación y su experiencia para estar en el lugar indicado, en el momento preciso.
Rivaldo jugó su segundo partido con Sao Caetano y volvió a marcar, aunque no pudo impedir la derrota de su equipo en casa ante Bragantino (1-2) en partido correspondiente a la séptima jornada del Campeonato Paulista. El ex internacional brasileño de 40 años ya vio puerta en su debut ante Corinthians.
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Pese a la ayuda que está empezando a brindar Rivaldo con todo su bagaje y experiencia internacional, Sao Caetano no levanta cabeza y apenas ha sumado cinco puntos en siete jornadas. El próximo sábado se enfrentará a Mirassol.
Quedamos pendientes de una posible y nueva anotación de Rivaldo, el futbolista que le manda un mensaje subliminal al mundo y que le demuestra que para el deporte nunca es pronto ni tarde, todo pasa por tu mente y la confianza que tengas en sí mismo.