El defensa español marcó un gol y dejó en desventaja numérica a un conjunto merengue que pagó caro la expulsión de su capitán.
El Real Madrid no fue tan contundente en su estadio y terminó ganando con lo justo (2-0) a un Rayo Vallecano que terminó sufriendo por la poca efectividad de sus hombres de ataque. El Santiago Bernabéu fue testigo de uno de los partidos más irregulares que ha disputado el cuadro blanco en lo que va de 2013.
Las anotaciones del conjunto merengue llegaron por intermedio de Álvaro Morata (minuto 3′), quien culminó un rápido y letal contragolpe. Sergio Ramos (minuto 12′), tras un centro de costado enviado desde la banda derecha.
Pese a que los dirigidos por José Mourinho no fueron tan contundentes como en otras ocasiones, los tres puntos se quedaron con ellos y les permitieron llegar a 49 unidades, permaneciendo a 16 puntos del líder Barcelona y a sólo 4 del Atlético de Madrid, que es segundo y que goleó al Vallalodid a primera hora.
Cuando apenas se acomodaban los jugadores en el terreno de juego se puso en ventaja el Real Madrid. Ataque vertiginoso conducido por Kaká, apertura a la derecha para Özil, pase al centro al que no llegó el brasileño y Morata, entrando en el segundo palo, empujó a la red para hacer su segundo gol como jugador del primer equipo. Anotaba el canterano que entró en lugar de Benzema e Higuaín y que fue sustituido a los 26′ minutos del encuentro.
La segunda anotación del equipo local llegó tras una falta botada desde la derecha por Özil, a pierna cambiada, y remate poderosísimo de Ramos, de cabeza, ante el que nada puede hacer Rubén. Y eso que le estaba agarrando Javi Fuego, pero terminó ganando el lateral con su potencia aérea.
Luego se quedó con un hombre menos el cuadro dirigido por José Mourinho tras la expulsión de Sergio Ramos (minuto 16′), quien vio la segunda amarilla por una clara mano y tratar de engañar al colegiado. Esos fueron los sucesos que enmarcaron el desarrollo de una primera parte movida, entretenida y llena de sorpresas en el Santiago Bernabéu.
La etapa complementaria transcurrió sin mayor relevancia, sin goles, con pocas ocasiones ofensivas y con una desgatada imagen (físicamente hablando), de un Real Madrid que se prepara y piensa en lo que será la semana más importante y decisiva de la temporada.