El volante galés pasó desapercibido durante el juego ante el Basilea y al final tuvo que abandonar en camilla el terreno de juego.
El ‘sorprendente’ Tottenham, además de no haber podido ratificar el gran nivel mostrado contra el Inter, no supo aprovechar su condición de local y terminó igualando a dos tantos (2-2) ante el Basilea de Suiza, en un compromiso correspondiente a la ida de los cuartos de final en la Europa League.
Las anotaciones del cuadro suizo llegaron por intermedio de Stocker, tras cazar un rebote que dejó un remate de Streller al palo; y Fabian Frei, quien convirtió luego de un buen centro de tiro de esquina.
Los goles del descuento y el empate para los dirigidos por Villas-Boas fueron obra de Adebayor, a punta de empuje, fuera y determinación, tras una serie de rebotes; y Sigurdsson, quien conectó desde atrás un rebote provocado por una clara oportunidad de su compañero Parker.
Curiosamente, lo que más triste y preocupado dejó a los aficionados inglés no fue precisamente el empate ante el conjunto suizo. La aparatosa lesión de Gareth Bale, máxima figura del equipo, prendió las alarmas y tiene en ‘develo’ a los seguidores del Tottenham.
El talentoso centrocampista galés apuró una carrera en línea de banda y un mal apoyo puede ser una tragedia para los spurs. Al galés, que completó una de las peores actuaciones que se le recuerdan en esta temporada, se le torció el tobillo y se retiró del partido en camilla, con las manos en la cara, con serios gestos de dolor. Peor cara puso Villas-Boas viendo la marcha de su futbolistas total…
Las próximas horas mantendrán en vilo a los spurs más que lo hizo el Basilea, y ya es decir. Los suizos entraron en casa de Bale y se quedaron con ello. No ganaron, pero no lo necesitaron para demostrarle a los clientes exigentes europeos sus mejores galas.