Conoce un poco más del fenómeno natural que ha sido considerado por jugadores y técnicos como uno de los peores rivales de la historia.
Una de las polémicas que más ha dado de que hablar durante los últimos años es la que está relacionada con el tema de la altura y que tan saludable es para los futbolistas jugar allí. Muchos han dado su punto de vista, pero las dividas opiniones no han permitido llegar a un común acuerdo y por eso sigue habiendo fútbol en la altura.
Los recientes gestos y declaraciones de Lionel Messi, el considerado mejor jugador del mundo, tras disputar con la selección Argentina un partido ante Bolivia en La Paz, a 3.600 metros de altura, son la muestra de lo «difícil y agotador» que es jugar allí. El ariete del Barcelona no tuvo mayor participación en el juego y todo acusa de un amplio desgaste físico.
Pero no sólo la calidad del jugador se ve reducida en la altura, ver a Di María con una bala de oxigeno, mientras abandonaba el terreno de juego en camilla, es la prueba de lo complicado que es respirar en la altura. El volante del Real Madrid fue uno de los jugadores que más corrió y por eso en varias ocasiones se le vio con la careta de oxigeno en su cara.
Además de esos, muchos son los mitos que se han creado en torno a los efectos de la altura en el fútbol y uno de los más sonados es el drástico cambio que sufre el balón. Está científicamente comprobado que el comportamiento de la pelota no es igual en un lugar estable que en la altura y eso tiene una explicación que quiero compartir contigo y que te dará a entender un poco más del fenómeno natural que atemoriza a técnicos y jugadores.