Los alemanes demostraron que también saben golear de visitantes y sentenciaron con contundencia su pase a la final.
Barcelona tampoco pudo en su casa con el Bayern Múnich y terminó derrotado (0-3), en una de las peores actuaciones que ha tenido el conjunto catalán en los últimos años. El Camp Nou asistió al llamado de los jugadores, pero el destino se empeñó en la clasificación del cuadro bávaro.
Las anotaciones del conjunto alemán fueron obra del holandés Arjen Robben (minuto 48′), tras un cambio de frente, una gran jugada individual y un colocado remate cruzado; Gerard Piqué (minuto 72′), que convirtió en su propia puerta tras un centro de Ribéry a media altura; y Thomas Müller (minuto 76′), luego de un nuevo centro de costado y un certero cabezazo en el segundo palo.
Al final un contundente resultado que se suma al (4-0) de la ida y deja una impresionante goleada 7-0, que mantiene el favoritismo del Bayern camino a Wembley, donde disputará la final ante el Borussia Dortmund.
La ausencia de Lionel Messi, goleador y figura del Barcelona, enmarcó lo que sería una primera parte muy similar a las del conjunto catalán en la liga española. El Barça tuvo la pelota, manejó las acciones del juego, pero no tuvo profundidad y mantuvo esa posesión estéril que lo ha perseguido en sus últimos compromisos.
Al frente estuvo un Bayern Múnich tranquilo, rápido, físicamente potente y que se aferró al contragolpe para tratar de hacer algún daño al rival y sentenciar definitivamente la serie. Los alemanes tuvieron menos tiempo la pelota, pero generaron las mejores opciones de gol durante el primer tiempo.
Para el inicio del periodo complementario no hubo cambios de jugadores, pero si cambió el resultado para acabar con cualquier luz de remontada. Arjen Robben anotó un gol que nos sabemos de memoria. Centró su posición en la frontal, chutó con la zurda y la metió en la escuadra. Vale la pena resaltar el buen cambio de frente que metió Alaba para el encare del atacante holandés.
Continúo Bayern al ataque y encontró premio con el segundo gol, en una desafortunada acción de Gerard Piqué que la metió en su propia portería. Centró Ribéry y el defensa español metió la pierna para despejar con tan mala suerte que empujó la pelota en su propio arco ante el achique de Víctor Valdés.
Y como no hay tercero malo… Centró Ribéry y Thomas Müller saltó más que Adriano y Valdés para convertir de cabeza en el segundo palo. Gran tanto del ariete alemán que ratifica la supremacía y la contundencia del Bayern Múnich en una serie que perdió el hasta hoy considerado, mejor equipo del mundo.