‘El Tigre’ dejó ver su lado más conflictivo durante el choque ante Augsburgo, tras agredir a un rival y desatar una pelea entre equipos.
Una semana después que Falcao García debutó y anotó su primer gol con el Mónaco, el ariete colombiano ha vuelto a ser noticia mundial, aunque esta vez no por cosas muy buenas y que tienen que ver con un lado de Radamel que no se conocía y que ha salido a flote durante el pasado fin de semana.
El ex-delantero del Atlético de Madrid mostró su cara más violenta y conflictiva durante un partido amistoso en el que Mónaco terminó perdiendo por la mínima diferencia (1-0) ante el Ausburgo de Alemania. El ariete cafetero dio una patada al rival y después estuvo involucrado en la pelea que protagonizaron jugadores de ambos conjuntos.
Falcao García fue titular junto a varios de los refuerzos que concretó el cuadro francés para esta temporada, entre ellos Eric Abidal, quien lució el brazalete de capitán. Rápidamente se puso en ventaja el combinado alemán por intermedio de uno de sus delanteros que convirtió en gol una jugada colectiva que iniciaron en la zona defensiva.
El Augsburgo manejó el partido a través de la ventaja y evitó que el Mónaco tuviera mayores oportunidades de marcar. La falta de presencia ofensiva del Mónaco provocó que Falcao tuviera que tirarse unos metros atrás para zafarse la constante marca, buscar balones y tratar de generar espacios en el área rival.
En su intento de ayudar fuera del área de gol, Radamel disputaba el balón con uno de los rivales y de repente todos quedaron sorprendidos con la patada que le dio el colombiano al defensa contrario. El árbitro se dio cuenta de todo, sancionó la falta y le perdonó la expulsión al atacante samario, que finalmente terminó viendo la tarjeta amarilla por la tremenda y peligrosa entrada.
El público y los jugadores del conjunto alemán reprocharon la actitud de Radamel, que además provocó que hubiera empujones entre los futbolistas de ambos bandos. Al final ‘El Tigre’ pidió disculpas y reconoció que se dejó llevar por la calentura e impotencia que se vivía dentro del terreno de juego.