Los habitantes de la pequeña isla asiática crearon una cancha de madera flotante para poder jugar fútbol en medio de los kilómetros de agua que los rodea.
En el mundo del fútbol hay equipos como el Barcelona que se han ganado un lugar especial en la historia gracias a su original estilo de juego que ha sido incomodo para muchos y aburrido para otros, pero que a la final dio muy buenos resultados y por ello será siempre recordado a través de los tiempos.
También hay equipos como el Real Madrid que serán mencionados por tener en sus filas a varios de los mejores jugadores del mundo. No es de gratis que a este equipo se le reconozca ante el mundo como ‘los galácticos’ y que sean uno de los mejores clubes que se han visto a lo largo de la historia de este deporte.
Pero, la gente no sólo recuerda a esos equipos que sobresalieron por su manera de jugar o por su supremacía ante los rivales, también hay conjuntos que se ganan su propio espacio en la historia gracias a su originalidad y manera particular de marcar una tendencia fuera de lo común.
Ese es el caso del Panyee FC, el equipo que nació sobre el agua, en una pequeña plataforma de madera que fue adaptada para poder practicar el deporte que mueve al mundo.
Por ello, hoy quiero compartir contigo la llamativa historia del club de Tailandia, que se ha ganado un lugar en la historia por su ejemplo de superación y su inagotable pasión por el fútbol.
En Panyee, una curiosa localidad del sur de Tailandia, unos niños disfrutaban de los partidos de fútbol por una única televisión. No podían practicarlo porque vivían en una ciudad flotante y no había espacio. Un día se les ocurrió la idea de crear un equipo de fútbol y, aunque sus convecinos pensaron que era una locura, no se desanimaron y buscaron tablas viejas de maderas y restos de barcos y se construyeron sobre el agua un terreno de juego.
El pequeño campo estaba lleno de clavos que sobresalían de las viejas maderas recicladas para tal fin y el balón terminaba en el agua casi siempre. Desde el primer momento tuvieron que desarrollar varias habilidades adicionales al margen de las típicas de la práctica del fútbol.
En su caso era fundamental sortear los clavos y conseguir una precisión en los pases casi milimétrica para que el balón no cayera al agua. Si caía, tenían que enfrentar la profundidad del mar para sacar la pelota del agua y poder así continuar con el partido.
Un día les llegó una inscripción de un campeonato en la zona y decidieron apuntarse. Incluso sus convecinos pusieron dinero para comprarles una equipación adecuado porque no tenían. Para ir a donde se organizaba el campeonato se transportaban por barcos, uno para el equipo y otro para la afición.
A pesar de que los partidos se jugaban en hierba (no la habían pisado nunca), consiguieron llegar a las semifinales. En semifinales, el día se presentó muy lluvioso y el campo estaba con barro. Ellos no estaban acostumbrados a esas condiciones y llegaron al descanso perdiendo por dos goles a cero.
En el descanso decidieron quitarse las botas y jugar descalzos. Empataron el partido 2-2 , pero en el último minuto el equipo contrario les metió el gol que les eliminó del campeonato. Finalmente quedaron terceros, pero se llevaron el premio mayor al tener el reconocimiento y la admiración de su país y el mundo entero.
Esta increíble historia la conocemos gracias al banco tailandés ‘TMB’, que dio a conocer su historia en uno de sus comerciales. Sin duda una fantástica historia que no se puede contar con palabras. Por ello, te dejo con el vídeo promocional del banco TMB, subtitulado en español, que ha servido de base para un interesante documental.
Fuente: Deporte y Fútbol.webnode.es
