Dos partidos, 20 remates (siete a portería) y cero goles, las estadísticas del ariete merengue que no ha deslumbrado esta temporada.
Comenzó la nueva temporada, la mayoría de equipos ya hicieron su debut oficial, los refuerzos ya juegan y el único que no ha arrancado todavía es Cristiano Ronaldo. El atacante portugués a traviesa una sequía goleadora que no le ha permitido marcar durante las primeras jornadas de liga.
Antes era bastante raro escuchar que el Real Madrid ganó y sin goles de Cristiano, pero en el arranque de esta nueva temporada se ha hecho normal que la prensa lo presione por ese lado. El conjunto merengue ha sumado dos victorias, seis puntos y la participación de su estrella no ha sido para nada determinante, distinto a como lo venía siendo de un tiempo para acá.
Entre los hinchas merengues hay preocupación, pues cuando Cristiano Ronaldo está enchufado el equipo golea fácilmente. Pero, cuando CR7 a traviesa sequías como ésta, vaya que le cuesta ganar. Sólo se requiere ver la manera en la que vencieron a Betis y Granada, para entender lo difícil que es para el Madrid ganar sin la presencia anotadora de su goleador.
Lo llamativo es que tras una buena pretemporada como goleador, marcando 6 dianas, el delantero aún no se ha logrado perforar las mallas rivales en competición liguera esta temporada. Y el Madrid lo nota. El portugués ha realizado, en los partidos frente al Betis y al Granada, 20 remates, de los cuales 8 han rechazado en los defensas rivales.
Un dato que hace ver la dificultad a la que se enfrenta este año CR7, en un papel de delantero centro al que todavía se está acostumbrando. El año pasado, la temporada comenzó igual para él, aunque, finalmente, consiguió levantar el vuelo y marcar un total de 34 goles en la última Liga junto a su compatriota Mourinho.
Si buscáramos una explicación, quizá tenga que ver con la posición en la que Ancelotti lo está utilizando. El ariete luso está notando el cambio de sistema que ha propuesto el técnico italiano para este nuevo Real Madrid y su nueva posición, más pegado a la portería rival y con menos metros para poder correr con espacios, está teniendo sus consecuencias negativas.