Daniel El estratega italiano considera que su principio de entrenamiento está basado en trabajar con hombres y no con figuras o estrellas dentro del plantel.
De a poco Carlo Ancelotti se ha venido ganando el cariño de los aficionados del Real Madrid. En un principio fue criticado por su pasiva manera de dirigir, sin embargo con el pasar de los partidos fue mejorando ese aspecto y hoy en día vive con mucha más pasión cada compromiso.
Esa faceta muy pocas veces se le vio en sus antiguos equipos y eso ha llamado bastante la atención del reconocido diario británico ‘Financial Times’, que hace unos días realizó una entrevista al estratega italiano para saber más a fondo el porqué de su actuar.
En primera instancia fue preguntado por lo vivido durante sus primeros meses al frente del equipo merengue y con una frase Ancelotti dejó todo claro:
Agregando: «Para mí, es entrenar a personas. Entrenar a Ronaldo es para mí como entrenar a Carvajal o Morata. De hecho, las superestrellas tienden a ser más fáciles de manejar porque son más profesionales que los otros. Y Ronaldo es muy profesional».
«Bale no tiene muchos problemas, porque es un hombre humilde, no muy exigente. No quiere demasiadas cosas. Está empezando a hablar español. Mi trabajo es ayudarle a que se encuentre cómodo en el terreno de juego y con sus compañeros. Tenemos muchos jugadores que hablan inglés», dijo también.
«En Inglaterra, en general, los equipos tienen menos aptitudes tácticas defensivamente hablando. En Francia, los equipos son duros físicamente, porque hay muchos jugadores africanos. Y en España, los equipos tienen el placer de jugar al fútbol. Tienes que adaptar tu metodología a estas diferencias», explicó.
«Aquí puedo decidir: ¡entrenamiento a las seis de la mañana! ¡Entrenamiento a las once de la noche! Pero mi estilo no es imponer. Quiero convencer a los jugadores de lo que están haciendo. Y eso lleva tiempo», recordó.
Por último, Ancelotti habló de su relación con Mourinho, su antecesor en el cargo. «Una vez nos encontramos en un pasillo del estadio de San Siro e hicimos un pacto: no más discusiones, no más controversias. Seis palabras, un apretón de manos y en diez segundos habíamos alcanzado un acuerdo».