El habilidoso delantero brasileño sufre un esguince en los tendones peroneales de su pie derecho, según lo determinado en el primer diagnóstico.
Agridulce, así fue la victoria como visitante del Barcelona (0-2) ante Getafe, que significó la clasificación a los cuartos de final de la Copa del Rey.
Por un lado, hubo alegría porque los goles los marcó nuevamente un Lionel Messi que dejó claro que ha vuelto a ser el mismo de siempre; por otra parte, se lamentó bastante la lesión de Neymar que no pudo terminar el compromiso por culpa de un mal movimiento.
El brasileño abandonó el terreno de juego como consecuencia de una lesión en el tobillo derecho que sufrió él solo cuando intentaba centrar desde la izquierda junto a la línea de fondo. El ex-Santos fue atendido primero en la banda y segundos después, entró Alexis Sánchez en su lugar.
Al extremo culé se le fue el tobillo cuando intentó evitar que el esférico saliera por la línea de fondo en una posición algo forzada. En la jugada previa había realizado un par de regates para eludir la marca de los defensores rivales que lograron llevarlo hasta el final de la cancha.
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En el momento de la lesión de Neymar se presentía que se trataba de algo grave. Las probabilidades aumentaron al ver al brasileño bajando del avión con muletas y llegando a la revisión médico con ayuda de las mismas, ya que no podía hacer fuerza sobre su pie afectado.
Sin embargo, durante las primeras horas de este viernes se le realizaron los exámenes pertinentes y a través del primer diagnóstico oficial se pudo determinar que tiene un esguince en los tendones peroneales de su pie derecho, o sea, a la altura del tobillo.
Teniendo en cuenta ello, Neymar estará de tres a cuatro semanas alejado de las canchas por lo que llegaría justo a la cita del partido de ida de la Champions League que enfrentará a los azulgrana frente al Manchester City en el mes de febrero.