El conjunto bávaro ganó contundentemente la serie (3-1) y se convirtió en uno de los primeros clasificados a los cuartos de final.
Bayern Múnich no pudo hacer valer su condición de local y apenas le alcanzó para igualar a unos (1-1) ante el Arsenal, en el partido de vuelta de esta llave de los octavos de final de la UEFA Champions League, disputado en el estadio Allianz Arena. Desde el juego de ida se veía venir la continuidad de los alemanes en la competición continental.
El primer episodio concluyó con un agitado empate a cero goles. Hasta ese momento lo único que se había movido era la pelota y todo por cuenta del conjunto alemán que estuvo siempre aferrado a ella. Los ingleses permitieron que los bávaros impusieran sus condiciones y se dedicaron a esperar en su campo para luego buscar en el juego largo posibilidades de marcar, que de por si estuvieron escasas durante la primera parte.
En el segundo tiempo llegaron los goles y el primero fue obra de Bastian Schwensteiger (minuto 54′), que puso en ventaja inicial a los hombres de Guardiola. Entró como quiso el Bayern en el área del Arsenal. Ribéry, después de eludir la marca con un regate, asistió al centrocampista alemán para que controlase con izquierda y rematase a placer con derecha.
No tardó mucho en llegar la reacción de los ingleses que por intermedio del alemán Lukas Podolski (57′ minutos), puso nuevamente las cosas como al inicio. Se durmió Lahm en el extremo del área, le robó la pelota Podolski y la puso en la escuadra por el palo corto. El viejo conocido de los bávaros cumplió así con la famosa «ley» del ex.
En la recta final del encuentro pudo llevarse la victoria el cuadro alemán a través de una pena máxima sancionada por clara falta sobre Robben. Sin embargo, Thomas Müller falló en el cobro y permitió que se luciera el portero británico con una doble atajada que se robó el aplauso de los aficionados.
