El delantero holandés sufre un esguince en la rodilla izquierda que lo mantendrá al margen de la actividad deportiva durante más de un mes.
Semana agridulce para los hinchas del Manchester United. En un principio hubo alegría tras la remontada del miércoles ante el Olympiacos en la Champions League y ahora hay bastante tristeza por una nueva lesión de Robin Van Persie, figura ante los griegos, que lo apartará varias semanas de las canchas.
El atacante holandés, autor de los tres goles que le permitieron al conjunto inglés ganar la serie de los octavos de final, prendió las alarmas durante la recta final del juego de vuelta que se disputó en Old Trafford. Robin recibió un fuerte golpe del rival y tuvo que ser retirado en camilla cuando restaban pocos minutos para que se terminara el compromiso.
El goleador de la naranja mecánica abandonó el terreno de juego en medio del sonoro aplauso de los aficionados y con inevitables gestos de dolor en su rostro. En un principio parecía que se trataba de un simple golpe, pero este viernes el cuerpo médico de los ‘diablos rojos’ confirmaron que se trata de una lesión de cuidado.
Van Persie sufrió un esguince en la rodilla izquierda y por ende deberá estar al rededor de seis semanas alejado de las canchas. Durante este tiempo estará en terapias que le permitan recuperarse cuanto antes y volver a coger ritmo de competición, teniendo en cuenta que el Mundial de Brasil está a la vuelta de la esquina.
Así las cosas, el delantero, determinante para un equipo que vive horas bajas en la Premier League, no podrá jugar por tanto los partidos de cuartos de final de Champions ante el Bayern Munich los días 1 y 9 de abril, lo que será una seria baja para los dirigidos por David Moyes.
Ahora sin su goleador, Manchester United deberá arreglárselas como pueda en la recta final de una inglesa en la que vive una crisis de resultados y en la que, a falta de ocho jornadas, es séptimo, a doce puntos de la cuarta plaza que le daría acceso a la próxima Liga de Campeones