El combinado europeo, la favorita de todos, se proclamó como el nuevo dueño de la Copa del Mundo, tomando el lugar que tuvo España en Sudáfrica 2010.
El mítico estadio de Maracaná abrió sus puertas para presenciar como la selección de Alemania se proclamó campeón del Mundial Brasil 2014 tras derrotar por la mínima diferencia (1-0) a su similar de Argentina, en otra emotiva final.
El primer episodio transcurrió bajo lo planteado en la previa, con unos alemanes aferrados al juego corto, a la posesión de la pelota y a los centros al área desde ambos costados, como su arma ofensiva. Al frente estuvo un combinado gaucho que le apostó a la seguridad defensiva, a las individualidades de sus jugadores y a los contragolpes para tratar de hacer daño al rival.
Aunque sus estilo fueron bastante divergentes, al termino de la etapa inicial cada conjunto sumó una clara opción de gol que pudo haber cambiado el destino de la final. Higuaín desperdició un claro mano a mano ante Neuer, sin olvidar el gol que le anularon por fuera de lugar, mientras que Howedes estrelló en el poste un cabezazo tras centro de tiro de esquina.
El periodo complementario se desarrolló siguiendo la tendencia del juego y sin ninguna novedad en el resultado, pese a que ambos seleccionadores movieron algunas fichas. Eso sí, las ocasiones de gol fueron más y más claras en los 45 minutos finales, que en el primer tiempo. Así las cosas, los tiempos extras fueron necesarios para definir el título Mundial.
Parecía que todo concluiría en los penales, sin embargo en el segundo tiempo suplementario apareció Mario Götze (minuto 113), para poner en ventaja a los teutones. Se fue Schürrle por la derecha y sirvió un centro perfecto para Götze, que controló con el pecho y batió a Romero sin dejar caer la pelota. Gran gesto técnico del centrocampista del Bayern Múnich, héroe de su país como Iniesta en Sudáfrica 2010.