Daniel El criticado defensa español permitió que el conjunto azulgrana mantuviera su tradición victoriosa en el arranque del campeonato europeo.
En un Camp Nou confundido por el poco juego vistoso y los buenos resultados, Barcelona derrotó por la mínima diferencia (1-0) al siempre peligroso Apoel Nicosia, en su primer partido de esta fase de grupos de la Champions League.
Fue necesario esperar hasta bien avanzada la primera parte para que se abriera la lata y para que Gerard Piqué (minuto 28), pusiera en ventaja al local. Falta cometida sobre Alves en la banda. Messi botó un centro alto y cruzado al área. Apareció Piqué con la cabeza y la metió ajustada al palo de la mano izquierda del portero. Lo celebró el central español, pero a medio gas. Todavía tiene el rencor de las críticas que se ha llevado en los últimos tiempos.
Con esa diferencia mínima se marcharon los jugadores al descanso. Primer episodio movido y desarrollado según lo esperado en la previa; un cuadro culé dominante con la posesión de la pelota, ante un Apoel aferrado a su seguridad defensiva y al juego largo, para tratar de hacer algún tipo de daño a la zaga rival. Aún así, tácticamente había estado impecable el combinado de Chipre.
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La etapa complementaria resultó ser de mero trámite, pues el resultado del primer tiempo se mantuvo hasta el final. Más allá de la numerosa ocasión de oportunidades que tuvieron los hombres de Luis Enrique para marcar, la falta de puntería y la gran actuación del portero visitante impidió que la diferencia fuera mayor. Para destacar la buena actuación de la dupla Neymar-Messi que cada vez se muestra más solida y peligrosa, aunque siga viéndose afectada por la falta de definición.