El conjunto catalán se sacudió de la derrota sufrida ante el Real Madrid en el derbi con la consecución de este título amistoso.
Con nómina mixta y aprovechando la ocasión para dar descanso a varios titulares, Barcelona derrotó en penales (4-2) al Espanyol en la disputa de la primera versión de la Supercopa de Cataluña, llevada a cabo en el acogedor estadio Montilivi.
Tras unas primeras acciones claramente dominadas por el cuadro azulgrana, Gerard Piqué (minuto 15), abrió la lata. Perfecta maniobra de Luis Suárez tras recibir en el área y el uruguayo asistió a Piqué para que rematara de cabeza a placer. Segunda asistencia del atacante charrua que ante el Real Madrid también se vistió de pasador al servicio de Neymar.
Con esa diferencia mínima se bajó el telón de una primera parte movida y más disputada de lo esperado. En todo caso, la superioridad de los catalanes fue notoria y no solamente estuvo reflejado en el marcador. Para el espectáculo hubo muy poco, ya que ambos conjuntos no dieron mucho más allá de lo que se exige para un compromiso de este tipo.
Para el segundo tiempo llegaron los cambios y con éstos el tanto de Anaitz Arbilla (55 minutos), que estableció nuevamente las tablas en el electrónico. El atacante colocó la pelota por la misma escuadra derecha de la portería defendida por Masip al disparar una falta desde la frontal del área. Golazo que devolvía al Espanyol las ilusiones de hacerse con el juego.
La igualdad se mantuvo hasta el final de los 90 minutos reglamentarios y por eso la lotería de los penales fue necesaria para definir el título. Tras 9 cobros, el Barcelona finalmente se llevó la victoria y se alzó así con esta primera edición de la Supercopa de Cataluña, que anteriormente simplemente se disputaba como un derbi amistoso.
