En un clásico londinense que tuvo de todo, una vez más se impusieron los azules y se consolidaron en lo más alto de la tabla de posiciones.
El mítico Satamford Bridge se vistió de gala para presenciar como su Chelsea derrotó (2-0) al Arsenal, en el partido más llamativo de esta octava jornada de la Premier League. 19 puntos alcanzaron los dirigidos por José Mourinho que siguen ratificando su condición de favoritos al título.
Fue necesario esperar hasta bien avanzada la primera parte para que se abriera la lata y para que el habilidoso Eden Hazard (minuto 27), pusiera en ventaja a los locales. Jugadón del belga por el centro del área y dejó la pierna atrás para que Koscielny le hiciera penati. El árbitro no dudó en su decisión y Hazard tampoco en su remate.
Esa diferencia mínima enmarcó lo que fue un primer episodio movido, entretenido, con pocas ocasiones de gol y con un par de acciones para lamentar. Entre ellas se destaca la lesión de Thiabait Cortois, quien tuvo que ser traslado a un hospital tras un choque con Alexis Sánchez, y la «pelea» entre Mourinho y Wenger, quienes se dieron un par de empujones en la línea técnica.
Para el segundo tiempo trataron de reaccionar los visitantes, generaron un par de opciones ofensivas, pero sería nuevamente el cuadro azul quien lograra marcar, esta vez por intermedio del goleador Diego Costa (minuto 77). Fábregas mandó un balón largo a Costa, que controló con el pecho y puso el balón por encima del guardameta. Noveno gol del ex-Atlético de Madrid en la Premier League.
No hubo tiempo para más en este entretenido compromiso que estuvo a la altura de la gran expectativa que generó en la previa y que ratifica mi teoría de que Mourinho es un estratega de partidos de grandes. Sus equipos fácilmente pueden perder ante el último del torneo, pero muy pocas veces los vemos caer ante los mejores o más representativos de la competición.