Los goles de Firmino y David Luiz fueron suficiente para que el combinado carioca cerrara el año ganando su sexto compromiso consecutivo. No pierde desde el Mundial.
Ante la presencia de los casi 50.000 aficionados que se dieron cita en el Ernst-Happel-Stadion, situado en la ciudad de Viena, la selección de Brasil derrotó como visitante (1-2) a su similar de Austria, en partido amistoso valido por esta última fecha FIFA del año.
La igualdad a ceros se mantuvo hasta el final de un primer tiempo movido y más disputado que jugado. Los locales se aferraron al orden defensivo y a la estrategia para tratar de evitar que el rival desarrollara su juego. Al frente un cuadro sudamericano que por momentos lució incomodo con la pelota, pero que siempre manejó las acciones del encuentro a su placer.
El primer tanto del compromiso fue para los brasileños y lo consiguió David Luiz (64 minutos), tras un centro de tiro de esquina. Oscar la puso como con la mano en la mitad del área y allí se impuso el central del París Saint Germain. La pelota quieta fue la solución para abrir el marcador en tan parejo encuentro.
Reaccionaron los anfitriones y eso le permitió a Aleksandar Dragovic (minuto 75), volver a imponer las tablas. Oscar derribó a un rival dentro del área en las narices del árbitro que no dudó un solo segundo en sancionar la infracción. Tampoco dudó Dragovic con su preciso remate a ras de piso, que ni siquiera adivinó el guardameta Alves.
Parecía que todo terminaba en empate, sin embargo, en la recta final del juego apareció Roberto Firmino (83 minutos), para poner a ganar nuevamente a Brasil. Neymar inició la jugada. Filipe Luis filtró entre líneas y el habilidoso centrocampista carioca sacó un violento remate de media distancia que dejó sin posibilidades al portero rival. Así se dio la sexta victoria consecutiva del plante que dirige Dunga.
