No superar los problemas defensivos, no encontrar un estilo de juego y no tener jugadas de estrategia, algunos de los obstáculos que no ha sabido sortear el estratega español.
El irregular presente del Barcelona no sólo ha provocado que algunos sectores de la prensa mundial hablen de «crisis» de resultados o de rendimiento, sino que también, ha dado cabida a rumores relacionados con la posible salida de Luis Enrique, quien no ha terminado de convencer a la afición con su papel de director técnico.
Con cada partido que pasa aumenta la fuerza de estos chismes. A la espera de ver que decisión toman las directivas del club, quiero compartir contigo siete razones, siete motivos, siete retos, siete obstáculos, como le quieras llamar, por las que mucha gente en Barcelona quiere al estratega español fuera del banquillo azulgrana. Los dejo con esos 7 pecados capitales que marcan el presente del entrenador catalán.
1. Se le achaca poca preparación de los partidos
El ex-futbolista asegura que todas las semanas diseña una alineación en función del rendimiento de sus jugadores durante los entrenamientos y también teniendo en cuenta las cualidades del rival. Sin embargo, en repetidas ocasiones se ha notado que la estrategia utilizada o los hombres selecciones no son precisamente los más indicados para determinados partidos.
2. No ha sido capaz de regenerar a un equipo que envejece
Una de las grandes críticas que había recibido el Barcelona estas últimas temporadas era que, a pesar de los numerosos fichajes que se iban realizando, acababan jugando siempre los mismos futbolistas. Y eso fue lo que repitió Luis ante el Real Madrid. Xavi, Busquets e Iniesta volvieron a configurar el centro del campo. El técnico dejó en el banquillo a Ivan Rakitic, que estaba realizando un espectacular inicio de temporada.
3. Planteamientos sorprendentes en cada partido
Luis Enrique no parece capaz de seguir una línea argumental a lo largo de los partidos que disputa el equipo. La coherencia de los primeros duelos parece haber quedado aparcada y es capaz de alinear juntos a Xavi e Iniesta ante el Real Madrid y a Rakitic y Rafinha frente al Celta o el Almería. Es decir, un centro del campo con prestaciones completamente diferentes.
4. Un estilo de juego que es completamente irreconocible
Poco importó que se ganara en el campo del Ajax o en la visita a Almería. El resumen general de prensa y de los analistas deportivos era que el Barcelona no jugaba a nada. Sin un estilo definido, no se puede comparar al equipo que maravilló al mundo hace unos cuantos meses. Al final han sido las individualidades las que acaban decantando los partidos. Neymar, en un gran estado de forma, Messi en la Champions, o Luis Suárez, cada vez más integrado, han decidido los dos últimos encuentros.
5. No ha sido capaz de diseñar jugadas de estrategia
El Barcelona tiene a varios de los mejores delanteros del mundo con Luis Suárez, Neymar y Messi. Y buenos rematadores de cabeza. Pero ha sido incapaz de marcar ni un solo gol de lanzamiento de esquina. Y eso que los azulgranas siguen siendo el equipo que más córners ha lanzado (82) de toda la competición liguera. Es una jugada inútil de la que otros entrenadores y equipos son capaces de sacar petróleo.
6. No ha paliado los graves problemas defensivos
Antes de que llegara Luis Enrique, el Barcelona era un equipo frágil por alto. Con los fichajes de Mathieu y Vermaelen, nada ha cambiado. El técnico supo paliar momentáneamente la sensación de peligro en las jugadas a balón parado contra la portería de Bravo y Ter Stegen pero ante el PSG, el primer rival con cara y ojos al que se enfrentaban, dejaron en evidencia las carencias defensivas del equipo. Ni hablar de los errores que comete su zaga por el piso.
7. Las rotaciones desconciertan al equipo y a la afición
El técnico ibérico nunca ha sido partidario de alinear al mismo equipo partido tras partido. Él no tiene titulares ni suplentes. Y lo deja claro cada semana, aunque ello suponga que los futbolistas no acaben entendiendo nada. Varias encuestas realizadas por medios afines al club catalán aseguran que la afición cuestiona cada nueva formación que pone Luis. En conclusión, tendrá que mirar como logra ganarse ese cariño que si consiguió facilmente cuando era futbolista.
Fuente: Marca.com