Respondiendo a su condición de favorito, Real Madrid derrotó (4-0) al Cruz Azul de México en la disputa de una de las semifinales del Mundial de Clubes.
El conjunto merengue no tuvo mayor inconveniente para superar con categoría a su primer rival del certamen y asegurar, cumpliendo con las expectativas, su presencia en el partido final del campeonato que organiza la FIFA y que se disputa por estos días en Marruecos.
Tras unas primeras acciones de dominio merengue absoluto y de una gran actuación del meta mexicano, Sergio Ramos (minuto 14), abrió el marcador con un oportuno remate de cabeza. Volvió a aparecer el héroe de la Décima, aunque en esta ocasión contó con la colaboración de Corona, que si antes había salvado varias veces su portería, cometió una errónea salida que le salió cara a los suyos.
Continuó la supremacía blanca y eso lo supo aprovechar muy bien Karim Benzema (minuto 36), que se encargó de ampliar la ventaja. Gran acción de Carvajal, que estuvo como un tiro, por banda derecha. El lateral ganó la línea de fondo y la picó atrás, donde apareció Benzema para meter la punta del pie y hacer el segundo de los blancos.
Los centroamericanos tuvieron la oportunidad de recortar distancias antes del descanso, sin embargo, Iker Casillas consolidó el buen momento que atraviesa atajando una pena máxima al capitán Gerardo Torrado, quien pese a su experiencia no pudo batir al portero español. Finalmente con la doble ventaja blanca se marcharon los jugadores rumbo a los camerinos.
https://www.youtube.com/watch?v=JrPNz9B1s3w
La etapa complementaria inició con el mismo ritmo y bajo la misma dinámica, tanto que Gareth Bale (minuto 50), echó aún más tierra de por medio. Espectacular jugada de la BBC: Benzema recibió de espaldas, se giró, aguantó y filtró entre líneas para Cristiano, que tras controlar la pelota se la puso en la cabeza a Bale. El galés, en el segundo palo, no perdonó.
Faltaba uno más para cerrar el inmejorable estreno del Real Madrid y así lo entendió Isco (minuto 72). Nueva asistencia de Cristiano, en esta ocasión para Isco, que recibió en la frontal, se fue de un rival con enorme facilidad y colocó el balón con el interior de su pie lejos del alcance del guardameta rival. Así culminó otra noche redonda de los hombres de Ancelotti.