El experimentado y habilidoso delantero francés comunicó que a sus 37 años dejará de lado la actividad deportiva para convertirse en directivo.
Entre las muchas cosas que hacen del fútbol el deporte rey sobresale la mezcla de emociones que un aficionado puede vivir a través del mismo. Es decir, así como en ocasiones se ve a los hinchas llorando de felicidad, también es muy común verlos tirados en llanto por culpa del equipo de sus amores.
Dicho mar de emociones y sentimientos encontrados también se trasmite por intermedio de los jugadores. Desbordante es la alegría de los fanáticos cuando su jugador favorito anota un gol o consigue un récord histórico; pero, la cosa cambia y esos sentimientos se dilatan cuando ese mismo futbolista decide no continuar en el fútbol profesional y dejar atrás su carrera deportiva.
Estas últimas sensaciones son las que viven por estos días los seguidores de David Trezeguet, considerado por muchos como uno de los mejores de la historia en su posición, luego de que el habilidoso futbolista nacido en Argentina y nacionalizado francés anunciara públicamente su partida definitiva del deporte al que le entregó los mejores años de su vida.
A sus 37 años y tras una trayectoria de casi dos décadas en equipos como Mónaco, Juventus, Hércules, River Plate, y Pune City, su último club, el elegante atacante galo ha decidido dar un paso al costado y dejar su lugar en este deporte a los jóvenes talentos que sueñan como surgir en el profesionalismo.
En su biografía quedará registrado que su ultimo equipo fue el Pune City de la India, donde estaba desde mediados del año pasado. También se recordará que Trezeguet inició su carrera deportiva en el Platense argentino a principios de los 90. De su paso por la selección francesa se destacará que conquistó el Mundial de 1998 y la Eurocopa del 2000.
Confirmado su retiro, ahora David Trezeguet se dedicará a trabajar detrás de los escritorios y tendrá su primera experiencia en este campo laboral como manager de la Juventus, equipo donde es recordado por los hinchas como todo un ídolo. Habrá que esperar para ver si por fuera de las canchas le va igual, mejor o peor que dentro de ellas.