El siempre criticado futbolista hispano-brasileño habló del comportamiento que mantiene durante los partidos y que le ha representado varias sanciones en su carrera.
Diego Costa sigue siendo protagonista en el fútbol mundial. Tras su impresionante arranque anotador con el Chelsea, protagonizar varias riñas durante el partido ante Liverpool y ser suspendido durante tres partidos, el atacante nacido en Lagarto, ciudad de Brasil, ha vuelto a dar de que hablar por cuenta de unas recientes declaraciones.
El ex-Atlético de Madrid aparece en la portada del reconocido diario británico ‘Daily Mail’ gracias a una entrevista en la que se atrevió a hablar de su polémica forma de jugar. Costa es uno de esos jugadores que medio mundo ama y el otro medio odia, su estilo no es aceptado por todos los fanáticos y eso hace mucho más interesante conocer los por qué de su comportamiento.
Pisotón a Emre Can y Martin Skrtel. «Me voy a la cama a dormir sabiendo que no hice nada malo. Yo nunca quise hacer eso y la acción no fue a propósito. Se ve perfectamente en el vídeo. Tengo que aceptar la sanción, pero me siento triste porque no voy a poder jugar ni ayudar al equipo. Tengo que aceptarla y respetarla».
Ni tan ángel, ni tan demonio. «No soy un ángel, pero cada vez que juego al fútbol lo voy a hacer de la misma manera. En el terreno de juego siempre voy a ser así porque es mi carácter y siempre voy a competir. Soy un futbolista diferente en el campo y no voy a cambiar. Se puede ver en el vídeo e interpretarlo como uno quiera. Puedo dormir en paz porque no tengo la intención de hacer daño».
Constantes roces con los rivales. «Nunca he hecho daño a un compañero a propósito. Sí he tenido muchos incidentes, sobre todo en España, pero es mi forma de jugar. No voy a cambiar mi estilo por la sanción. Soy fiel a mí mismo 100 por 100. Siempre voy al límite y por eso la gente piensa que soy un futbolista violento. En el campo me transformo. Quiero ganar. Puedo aceptar la derrota, pero me encantaría ganar. Es mi trabajo. Me entreno toda la semana para jugar 90 minutos».
Diego Costa no pensaba que llegaría hasta donde está. «Nunca quise ser futbolista profesional. Siempre quise jugar al fútbol cuando era pequeño, pero no estaba obsesionado. De donde yo vengo (Lagarto), no había muchas oportunidades de ser futbolista».