Ser tan determinante, aparecer en los momentos claves y haber conseguido todo lo que tiene con apenas 27 años, son algunos de los motivos que hacen único al argentino.
La proclamación del Barcelona como campeón de la Champions League ha reabierto la polémica sobre si estamos presenciando al mejor equipo de todos los tiempos y al mejor jugador de la historia. El nuevo triplete de los catalanes, que se convirtió en el primer equipo que lo consigue dos veces, ha tenido un claro protagonista: Lionel Messi.
Sin dejar de destacar lo fundamental que fue la participación de todos los jugadores en general, el desempeño del astro argentino a lo largo de la temporada, y especialmente en las tres finales, ha sido más que determinante para el éxito blaugrana. Un gol ante Atlético de Madrid (Liga Española), un doblete ante Athletic Bilbao (Copa del Rey) y una participación activa en las tres anotaciones ante Juventus (Champions League), le han puesto nuevamente en la cúspide del balompié mundial. Además de este inmejorable presente, hay otras 10 razones por las que el crack gaucho es el mejor futbolista de todos los tiempos.
Con las categorías inferiores de la selección argentina, en la absoluta y en el Barcelona demostró que la diferencia entre un buen equipo y un equipo campeón puede ser su intervención sobre el césped. Ya en el Mundial sub-20 de Holanda en 2005 se despidió del torneo como campeón, Bota de Oro y Balón de Oro. Aquel campeonato sería una muestra de lo que más tarde iba a acontecer.
Con algo más de 16 años debutó con el primer equipo en partido no oficial (ante el Porto). Con 17 jugaría su primer partido como profesional, y aquella misma temporada también anotaría su primer gol, con asistencia de Ronaldinho incluida y tras quedar anulado un tanto idéntico en los minutos anteriores por fuera de juego. Debutar, marcar y adquirir minutos en un club como el Barcelona y a esa edad hizo que los hinchas culés se ilusionasen con el futuro próximo. Lo que no sabían es que Leo tenía pensado ir mucho más allá de lo que cualquiera se hubiera atrevido a imaginar.
Con 19 años Lionel Messi logró el que es uno de los goles más recordados de su carrera. La comparación con Maradona parecía inevitable y solo Leo parecía capaz de igualar para el que muchos es el mejor futbolista de la historia. Aquel tanto en Copa del Rey no tuvo relevancia significativa en el marcador porque en la vuelta el Barcelona quedó eliminado, pero la magnificencia del gol asombró en todo el planeta fútbol.
En la temporada 2008-09 el Barcelona logró el triplete con un Messi que acabaría como máxima anotador en el global de las competiciones, por delante de jugadores como Eto’o y Henry, estrellas consagradas. Hizo un doblete en el mítico 2-6 del Bernabéu, marcó en la final de Copa del Rey y también en la final de la Champions League. Se llevó su primer Balón de Oro sin discusión de ningún tipo. Leo empezaba a romper los pronósticos sobre su proyección.
Ha superado a otras leyendas de éste deporte como Johan Cruyff, Franz Beckenbauer o Michel Platini en éste sentido. Ha sido el único futbolista cuya hegemonía en éste sentido ha sido aplastante: los 4 galardones llegaron de forma consecutiva. Una distinción individual que va camino de repetir la presente temporada debido al impresionante rendimiento que ha vuelto a tener en todas las competiciones.
Nos podríamos pasar todo el día hablando de sus logros a nivel individual, pero el argentino siempre ha manifestado que sus trofeos no le importan si el equipo no gana títulos. De ésto último también va servido: 7 ligas, 3 Champions, 6 Supercopas de España, 2 Supercopas de Europa, 3 Copas del Rey y 2 Mundiales de clubes. No se puede decir que no haya sido determinante cuando su equipo le necesitaba. Su trascendencia en la historia reciente del Barcelona es innegable.
Máximo goleador de la historia del Barcelona (la entidad tiene 116 años), máximo anotador y asistente de la Liga Española en 86 años de historia y máximo anotador (de momento) de la Champions League con un registro inigualable. También ha sido el jugador que más goles ha anotado en un año natural (91), superando a un ariete de leyenda como el alemán Gerd Muller, un delantero de área más rematador que creador. Ha dividido la historia en dos: antes y después de Lionel Messi.
Coger la calculadora y hacer guarismos con las cifras del argentino está bien pero estaríamos limitando al artista a su cantidad de obras. Lo mejor del rosarino es su capacidad para hacer con el balón y los rivales lo que le da la gana: regates imposibles, eslalons imparables, caños, vaselinas, amagos… Verle bajar al centro del campo para crear fútbol es algo habitual. Siempre ofrece una salida al equipo y su calidad y creatividad para originar peligro es excepcional. Características que le convierten en un jugador irrepetible. Su fútbol es más grande que sus récords y eso es lo que le hace un jugador diferente a todo lo que se ha visto anteriormente.
El próximo 24 junio Leo cumplirá 28 años. A su edad tiene un palmarés que muchos grandes futbolistas no lograrían ni jubilándose a los 45. Aún le restan varias temporadas al máximo nivel, por lo que todo lo logrado se verá incrementado: goles, asistencias, partidos jugados, premios individuales, títulos… Puede marcar el techo en la historia de éste deporte, si es que no lo ha hecho ya. Le queda tiempo para seguir sorprendiéndonos y nosotros estamos encantados de que así sea.
Es complicado comparar a dos futbolistas ya que todo lo referente a una carrera profesional es muy distinto: época, competencia, preparación, personalidad, lesiones, equipos en los que ha jugado, la selección que te ha rodeado… Son muchas cosas a tener en cuenta y el criterio como las opiniones es subjetivo. Haciendo una valoración de lo que ha logrado Messi y la manera en lo que la ha logrado no deberían existir dudas de que es uno de los mejores que se han visto sobre una cancha de fútbol. Por clase, por títulos, por números, por importancia, por todo lo que ha conseguido y puede lograr podemos afirmar sin que nuestras palabras suenen a demencia que Messi es el mejor futbolista de la historia. Y sino, desmiéntemelo…
