El experimentado y habilidoso volante argentino comunicó que a sus 35 años dejará de lado la actividad deportiva para dedicarse a descansar.
Entre las muchas cosas que hacen del fútbol el deporte rey sobresale la mezcla de emociones que un aficionado puede vivir a través del mismo. Es decir, así como en ocasiones se ve a los hinchas llorando de felicidad, también es muy común verlos tirados en llanto por culpa del equipo de sus amores.
Dicho mar de emociones y sentimientos encontrados también se trasmite por intermedio de los jugadores. Desbordante es la alegría de los fanáticos cuando su jugador favorito anota un gol o consigue un récord histórico; pero, la cosa cambia y esos sentimientos se dilatan cuando ese mismo futbolista decide no continuar en el fútbol profesional y dejar atrás su carrera deportiva.
Estas últimas sensaciones son las que viven por estos días los seguidores de Pablo Aimar, considerado por muchos como uno de los mejores de la historia en su posición, luego de que el habilidoso futbolista nacido en Argentina anunciara públicamente su partida definitiva del deporte al que le entregó los mejores años de su vida.
A sus 35 años y tras una trayectoria de casi dos décadas en equipos como Valencia, Benfica Zaragoza y River Plate (su primer y último club), entre otros, el elegante centrocampista gaucho ha decidido dar un paso al costado, pensar en descansar al lado de su familia y dejar su lugar en este deporte a los jóvenes talentos que sueñan como surgir en el profesionalismo. Así lo ha confirmado él mismo a través de una carta que escribió para sus actuales compañeros de equipo.
«Compañeros, antes que nada quiero agradecerles a todos por lo bien que me trataron estos meses que me tocó estar con ustedes. La pasé muy bien, siendo parte de un grupo de personas fantástico. Intenté todo para poder estar físicamente a la altura de ustedes. No me dio, ayer me comunicaron que no voy a estar en la lista de la copa, y lo entiendo, no quiero ocupar un lugar que seguramente es para otros muchachos. Por eso decidí dejar de jugar profesionalmente. Los voy a estar alentando desde fuera, espero que consigan todo lo que se merecen. Un día de estos pasó a saludarlos y agradecerles personalmente por cómo me trataron. Grandes abrazos para todos!!».
Su adiós fue silencioso, como es él, un hombre que casi nunca hizo ruido sobre el césped. Una carta a todos sus compañeros y a su entrenador, Marcelo Gallardo, bastó a Pablo Aimar para despedirse de River y de un deporte que inició hace décadas en el club argentino. Debutó en Primera División el 11 de agosto de 1996 y se consolidó en el equipo a partir de 1998, cuando tenía 18 años. Hoy se retira como uno de los más habilidosos de todos los tiempos y por eso en el mundo del fútbol lamentamos su partida. ¡Hasta siempre Payasito!