El ex-futbolista español cree que dicha competitividad ayuda a ambos equipos, porque se necesitan mutuamente para mantener el nivel.
Pese a que ya está retirado y actualmente no se encuentra involucrado con la actividad deportiva, el legendario Raúl González ha vuelto a ser noticia en el mundo del fútbol. La razón es una sola y tiene que ver con una reciente aparición pública en la que dejó en evidencia gran parte de su lado más humano.
El segundo anotador histórico del Real Madrid concedió una entrevista a la prestigiosa revista ‘Vanity Fair’ en la que habla de su vida tras colgar las botas y en la que repasa su carrera. El ex-atacante ibérico no tuvo problema en referirse a temas relacionados con las criticas, los escándalos, su paso por el equipo merengue y la eterna rivalidad con el Barcelona. Te dejo con sus llamativas declaraciones.
Real Madrid: «Me lo dicen, me quieren empujar. Necesito mi tiempo. Mi vida ha sido tan clara, ahora tengo que pensar, ver si echo de menos competir. Tengo un proyecto de formación, aprender lo que rodea al fútbol: dirección deportiva, negocio. Es un periodo de hacer cosas sin ninguna presión para decidir qué me gusta y en unos años regresar a Madrid».
Barcelona: «He paseado mil veces por Barcelona con Mamen y la gente nos trataba maravillosamente. La rivalidad ayuda a los dos clubs: el Barça no sería sin el Madrid y viceversa. Se necesitan mutuamente. Cuando ellos ganan Copas de Europa me alegro, al final es un equipo español y no he tenido ninguna duda de proclamarlo públicamente. ¿Por qué voy a desear el mal a alguien? No entra dentro de mi forma de ser».
Críticas: «Con 19 o 20 años tuve que dar una rueda de prensa porque decían que salía por la noche, que bebía. Tuve que sentarme ahí para decir que quería seguir siendo futbolista. Piensan que los futbolistas debemos estar siempre en casa o en el gimnasio, pero ¡tenemos vida! Cuando pierdes tres o cuatro partidos estalla la crisis. Cristiano marca 50 goles y en cuanto no marca dos, ya empiezan con qué le pasa».
Escándalos: «Se nos exige demasiado. De niño me fijaba en la gente que hacía las cosas bien, en Butragueño. Te podía gustar o no como jugador, pero las madres lo querían para novio de sus hijas. Los niños están ahí observando todo, repiten y hacen los gestos de los jugadores… Pero también a veces nosotros somos niños, hay niños de 20 años, de 25, no te dan un curso para enseñarte a tener mucho dinero, a poder comprarte lo que te da la gana, a que todo el mundo te alabe».
Vida personal: «Yo tenía a mis padres. Y mi forma de ser. Soy un poco raro… No me gustan los coches ni los relojes, me gusta la vida, los pequeños detalles, dar un paseo, el contacto con la naturaleza, ir al cine, ver deporte, estar con los amigos y tomar una cerveza…».