Emerson Sheik, futbolista del Botafogo, es el autor de esta violenta anotación de pelota quieta que dejó sin reacción al portero.
La primera jornada futbolera en días laborales de marzo ha estado marcada, como de costumbre, por las atajadas, golazos, jugadas y bloppers, entre otras cosas, que se vivieron en los diferentes lugares del mundo donde ya se ha retomado la normalidad. En otras palabras, marcada por los hechos que han derivado de la actividad en los distintos torneos locales como la Liga BBVA, la Bundesliga y la Serie A, que no han detenido sus labores.
Uno de los sucesos que se presentó durante las últimas horas y que ha dado mucho de que hablar en la prensa deportiva mundial es el protagonizado por Márcio Passos de Albuquerque, más conocido como Emerson Sheik, durante el empate del Botafogo de Futebol e Regatas (1-1) ante el Club de Regatas Vasco da Gama, en partido valido por la séptima jornada del Campeonato Carioca de Brasil. El centrocampista local sorprendió a todos los presentes con un violento remate de pelota quieta.
Era la última jugada del encuentro, su equipo perdía por la mínima diferencia y un tiro libre en la frontal aparecía como la jugada ideal para enviar un centro y buscar el empate dentro del área. Emerson agarró la pelota, miró al portero, tomó distancia y se decidió por sacar un potente disparo que voló a más 109 kilómetros por hora (según datos de la televisión brasileña) antes de besar la red. El guardameta ni se dio cuenta en qué momento pasó el balón.