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La espectacular carta de amor de Gianluigi Buffon para la portería

El experimentado portero italiano sorprendió en el Día Mundial de la Poesía con esta declaración de amor puro, de amor verdadero.

Uno de los principales protagonistas que ha tenido el fútbol mundial durante los últimos días es el eterno Gianluigi Buffon. Tras imponer un nuevo récord histórico de imbatibilidad en la Serie A y defender la portería de su selección durante la más reciente doble fecha FIFA, el guardameta italiano vuelve a ser noticia por cuenta de una carta de amor que publicó en sus redes sociales.

Gianluigi sorprendió a sus millones de seguidores en Twitter en el Día Mundial de la Poesía con una declaración de amor puro, de amor verdadero, hacia la portería. La carta la dio a conocer el arquero de la Juventus un día después de superar el récord de imbatibilidad de la Serie A, registró que ostentaba Sebastiano Rossi desde 1994 con 929 minutos, el cual dejó en la cifra de 973 minutos. A sus 38 años, Buffon parece estar viviendo una segunda juventud y estar en plenitud de condiciones para continuar bajo los tres palos un par de temporadas más. Te dejo con su emotiva carta.

«Tenía 12 años cuando te di la espalda. Renegué de mi pasado para asegurar tu futuro. Una decisión de corazón. Una decisión de instinto. El mismo día que dejé de mirarte a la cara, sin embargo empecé a amarte. A protegerte. A ser tu primer y último instrumento de defensa.

Me prometí a mí mismo hacer todo lo posible para no cruzarme con tu mirada. O para hacerlo lo menos posible. Pero cada ocasión fue un sufrimiento, debía darme la vuelta para entender que te había desilusionado. Todavía. Todavía Una vez más. Siempre hemos sido opuestos y complementarios, como la luna y el sol. Condenados a vivir uno al lado del otro, pero sin acariciarnos. Compañeros de vida a quienes se niega el contacto.

Hace más de 25 años hice mis votos: juré protegerte y guardarte. He sido el escudo contra tus enemigos. Siempre he pensado en tu bien, anteponiéndolo al mío. Y todas las veces que me he girado a mirarte intenté sostener tu decepción con la cabeza alta pero sintiéndome en parte culpable.

Tenía 12 años cuando le di la espalda a la portería. Y continuaré haciéndolo. Mientras las piernas, la cabeza y el corazón aguanten».

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