Daniel El habilidoso atacante argentino revela que nunca se las quitará porque cuando se mira al espejo le recuerdan de dónde viene y quién es.
Tras varias semanas en el anonimato, teniendo en cuenta que su rendimiento en Boca Juniors no estaba siendo el mejor, Carlos Alberto Martínez Tévez ha vuelto a ser protagonista en el fútbol mundial. Tras el rumoreado cambio de técnico del conjunto xeneize, el delantero gaucho está siendo noticia por cuenta de una reciente entrevista.
‘El Apache’, como se le conoce popularmente, atendió en la concentración de Boca a los periodistas del diario ‘Marca’ y se sometió a una charla íntima en la que repasó toda su carrera y las huellas que la vida y el fútbol han ido dejando en él. En medio de todo lo que dijo, bastante eco han tenido las palabras que utilizó para hacer referencia a las cicatrices que tiene en el rostro y que ha decidido no operarse. Te dejo con sus declaraciones.
Ídolo: «No soy un ejemplo de nada, sino más bien intento servir de referente o motivador para los niños: reflejar que más que ser un buen futbolista hay que ser una buena persona. Para ello es importante la contención de la familia, estar con mis hijos me hace abstraerme de este mundo Boca».
Regreso: «Volví por muchos motivos, sobre todo porque llevaba demasiado tiempo fuera de mi país. Hacía años que no podía convivir con mis padres ni con parte de mi familia. Me perdí muchas cosas, y cuando uno hace la diferencia económica ya en lo que piensa es en ser feliz. Y tenía que volver para ello. Boca es parte de mi vida».
Argentina: «Mi hija Flor tiene 11 años y cada vez le costaban más las despedidas con sus abuelos, tíos, primos… Cuando venía su abuela a Italia y tenía que volverse, era muy duro para mi hija. Me perdí muchas cosas de los míos, hoy hay situaciones raras, como cuando estoy con mis amigos de toda la vida y hacen un chiste entre ellos que yo no entiendo».
Atlético de Madrid: «Me llamaba el Cholo y me había entusiasmado mucho. Además es una cuenta pendiente que me queda el jugar en España, pero ya no podía decir que no. Hubiese jugador dos años más en España, sabía que el Atleti peleaba por la Liga y la Champions… En el último año la única oferta de España fue la del Atlético, antes sí que el Real Madrid se había interesado por mí».
Amigos: «Para ellos soy el chico con el que jugábamos al fútbol en la villa Fuerte Apache. Ganábamos para conseguir una moneda y comprar un sándwich o una Coca Cola. Soy el que compartía todo con ellos. Me hacen ver la realidad. He luchado para estar cómodo económicamente y que mi familia y amigos estén bien».
Fuerte Apache: «Es mi esencia. Me eduqué en la calle y no en la escuela, gran parte de lo que soy se lo debo a Fuerte Apache. No teníamos para comer pero cualquiera te convidaba, te daba pan, patatas… Aprendes y te crías en un ambiente en el que se comparte lo poco que tengas. Aunque esté en la élite del fútbol, yo no perdí eso. Tuve siempre claro de dónde venía y lo que era. Y la gente sé que me ha valorado mucho por eso».
Cristiano Ronaldo: «Tiene una personalidad muy fuerte y se entrena al máximo. Hay mucho trabajo y profesionalidad ahí detrás. Es el primero en llegar y el último en irse de la ciudad deportiva. Lo que dicen ver es de cuando entra a la cancha y no lo que él hace para ser el mejor».
Lionel Messi: «Messi también trabaja su talento, eh. Mira que cuando Leo empezó no hacía goles de tiro libre, lo practicó mucho y ahora mete goles así. No creo que lo de Cristiano sea más una cuestión de trabajo más que de talento. Messi en los dos últimos años empezó a cuidarse mucho la alimentación, dejó la Coca Cola de lado, etc».
Cicatrices: «Todo es por algo, y cuando me miro al espejo me recuerdan de dónde vengo quién soy. Estuve tres meses en terapia y no me acuerdo de cómo lo viví, era muy pequeño cuando me quemé, así que cuando las veo sé que son parte de mi vida. Así recuerdo también mi infancia, que fue muy feliz y no guardo rencor por nadie, la volvería a elegir igual».
Fútbol: «Un juego. En los últimos años cobra demasiado peso en la gente, tiene tanta pasión que si su equipo va mal se levanta con mala cara. El fútbol pasa por otra cosa, la vida es qu tu familia y tú estés bien de salud. Yo siempre disfruto porque me lo tomo como un juego. Si no, no jugaría, no pienso en los contratos, en la plata que gana mi compañero… El día que no disfrute dejo de jugar, no tendría problema, puedo vivir sin fútbol».