Daniel El astro argentino quiere conquistar su primer título con la selección de mayores en el certamen conmemorativo de Estados Unidos.
Tras conquistar el título de la Liga BBVA y la Copa del Rey con el Fútbol Club Barcelona, Lionel Messi se ha trazado como principal objetivo de este 2016 ganar la Copa América Centenario y acabar así con la sequía de 23 años que acumula Argentina. Más allá de todos los récords que pueda romper, la verdadera obsesión de Leo es conquistar su primer título con el equipo de mayores y él sabe que en Estados Unidos tiene la mesa servida.
La estrella azulgrana tuvo una de sus mejores noches con la albiceleste en la goleada (4-1) ante Venezuela que le dio el pase a semifinales y además por su logro personal al alcanzar al legendario Gabriel Batistuta como máximo anotador histórico de la selección, con 54 tantos. Pero a él no le importa eso. Su único objetivo es liderar rumbo a la gloria a este grupo de grandes futbolistas que perdió dos finales consecutivas en menos de un año, la del Mundial de Brasil 2014 y la Copa América de Chile 2015.
Los exigentes simpatizantes argentinos hace 23 años que esperan levantar una copa con su selección y otras varias veces se han quedado con las ganas. Argentina también perdió las finales de de Copa América en Perú 2004 y en Venezuela 2007, en ambos casos ante su archirrival Brasil, que también lo venció en la Copa Confederaciones de 2005, algo difícil de digerir. Entre 2004 y 2015, la albiceleste, que llega como favorita a casi todos los torneos, jugó en total cinco finales (tres de Copa América, una de Confederaciones y una de un Mundial) y las perdió todas.
Sin embargo, el equipo que dirige Gerardo Martino está muy bien enfocado en esta Copa América: ganó sus cuatro partidos con solidez, con una cosecha de 14 goles y apenas dos en contra. Lionel Messi, el jugador que hace la diferencia, está centrado, se lo nota participativo, con ganas, como un pocas veces se lo vio con la casaca albiceleste. Y todo vale para levantar la Copa el 26 de junio en el MetLife Stadium de East Rutherford, frente a Nueva York, hasta dejarse crecer la barba como cábala. Por ahora le está resultando para acabar con esa gran obsesión que lo consolidará como el mejor de la historia.