El habilidoso atacante ghanés asegura que cuando el brasileño no salía de noche y entrenaba juicioso, demostraba que era el mejor de la historia.
Uno de los protagonistas inesperados que ha tenido el fútbol mundial durante las últimas horas es Kevin-Prince Boateng. Tras marcar de tijera el mejor gol del fin de semana en la derrota de Las Palmas (2-1) ante el Villarreal, el futbolista nacido en Alemania está siendo noticia por cuenta de sus más reciente aparición ante los medios de comunicación.
El ex-delantero de importantes equipos como el Tottenham de Inglaterra, el Borussia Dortmund de Alemania y el AC Milan de Italia, por mencionar algunos, compareció ante los periodistas de la cadena ‘FOX SPORTS ITALIA’ durante una entrevista en la que habló de su pasado, presente y futuro profesional. Como si fuera poco, Boateng se atrevió a explicar por qué considera que Ronaldinho Gaúcho es mejor que Zinedine Zidane, Pelé y Diego Maradona. Te dejo con sus llamativas declaraciones.
Trayectoria: «Si la gente viniera a Canarias, seguramente entendería porque Boateng eligió jugar con Las Palmas: sol y calor. Es la clave para levantarse por la mañana con buen humor. He jugado en las cuatro mejores ligas del mundo: Premier (Tottenham y Portsmouth), Bundesliga (Hertha Berlín, Borussia Dortmund y Schalke 04) y Calcio (AC Milan) y cada campeonato tiene sus cosas buenas y malas. Lo bonito del fútbol español es que todos los equipos, incluso los más pequeños, quieren jugar con el balón».
Las Palmas: «Cuando estaba eligiendo el club en el que habría tenido que jugar me llamó mucho a la atención el proyecto que me propusieron: el presidente y el entrenador lo tienen muy claro, un club pequeño pero fuerte que quiere jugar bien… ¡Y vaya ambientazo que encontré en mi llegada en Canarias! La gente te saluda por la calle cuando sales para ir al estadio y la presión se siente en seguida. He comenzado marcando dos goles en dos partidos y eso estuvo bien; ahora toca seguir así».
Ronaldinho Gaúcho: «Cuándo vino al Milan ya no era el mejor Dinho de su carrera, pero cuando quería, mostraba lo que sabía hacer con el balón y era impresionante. En esos momentos te dabas cuenta de que era el mejor jugador del mundo: más allá de Zidane, Pelé o Maradona. Cuando no salía por la noche y había descansado bien, venía a los entrenamientos y nombraba los nombres de los compañeros a los que les iba a hacer un túnel. Y al final, lo hacía. Podía golpear el travesaño cuántas veces quería y había malabarismo con la pelota que ni podía imaginar. Era imposible encontrar tanto talento en un jugador de un metro y ochenta de altura».
