Italianos y argentinos se enfrentaron en la Intercontinental de 1969 durante una final que dejó tres jugadores en la cárcel.
Real Madrid y Kashima Antlers disputarán la gran final del Mundial de Clubes de Japón 2016. El campeón de Europa dejó en el camino de las semifinales al Club América (campeón de Concacaf), mientras que el campeón de la J-League hizo lo propio ante Atlético Nacional (campeón de la Copa Libertadores).
Aprovechando que el próximo domingo 18 de diciembre se enfrentarán estos dos equipos en busca del título mundial, en esta oportunidad quiero recordar contigo un partido que se quedó para siempre en la memoria de los hinchas y que también se jugó bajo el marco del torneo que reúne a los campeones continentales. Más precisamente te estoy hablando del encuentro que protagonizaron AC Milan y Estudiantes de la Plata durante la Copa Intercontinental del año 1969, que en ese entonces solamente enfrentaba al campeón de Europa y el de Sudamérica.
En aquella final a partido doble, el equipo italiano partía con el cartel de favorito ante los argentinos. Ya en el primer encuentro, el Milan barrió a Estudiantes en el Giuseppe Meazza con un claro 3-0. Ese fue el comienzo del fin. Tras el compromiso de ida, los tambores de guerra empezaron a sonar. Los gauchos eran conscientes de que remontar la final era casi misión imposible, pero no se iban a quedar con las ganas de dejar un par de recados. Aquella noche, no hubo fútbol. Entradas escalofriantes, agresiones, escupitajos e insultos… el resultado fue lo menos importante.
La delegación italiana denunció la excesiva violencia de los jugadores de Estudaintes y tuvo que interceder el Ministerio del Interior del gobierno militar para evitar un conflicto internacional decidiendo arrestar a Eduardo Luján, Aguirre Suárez y Alberto Poletti, a quienes se los condenó a 30 días de prisión en la cárcel de Villa Devoto, condena por infringir la Ley de Espectáculos Deportivos. Desde entonces nadie ha podido borrar de su mente aquellas imágenes que han pasado de generación en generación como el partido más violento de toda la historia.