Baños, yates, vestuarios, cualquier sitio es bueno para que el presidente blanco logre contratar a las grandes estrellas del equipo.
El Real Madrid se ha caracterizado a lo largo de la historia como un equipo ganador y en el que han jugado varios de los mejores del mundo. El conjunto merengue se ha dedicado a ganar títulos y a tener en sus filas a jugadores galácticos que se destacan por su desempeño dentro y fuera de las canchas.
Sin embargo, fichar a este tipo de futbolistas no es tan fácil como muchos piensan, ni tan difícil como otros creen. En realidad todo pasa por saber encontrar la manera ideal de convencerlos y es ahí cuando la imagen de Florentino Eduardo Pérez Rodríguez toma un valor muy importante en la historia del club blanco. El diario ‘MARCA’ revela algunas de las estrategias utilizadas por el presidente madridista para quedarse con estas estrellas. Te dejo con las cinco más relevantes.
Florentino se comprometió públicamente a cerrar el fichaje del portugués en caso de ganar las elecciones. De no ser así, pagaría las cuotas de los socios durante un año. Figo no lo veía tan claro como su agente y menos aún pagar la indemnización en caso de romper su acuerdo con el Barcelona. Pérez ganó y al portugués le tocó viajar desde Cerdeña hasta Lisboa, para romper lo firmado o solucionar el acuerdo. Doce horas de reunión y lo que parecía negro se convirtió en blanco.
El siguiente fichaje galáctico se gestó en una servilleta en los últimos días de ese verano del 2000. Florentino Pérez se encontró con Zidane en la gala de la UEFA de Mónaco. No había tiempo para montar la operación, pero sí que arrancó una firma del francés en una servilleta del Sporting Club de Montecarlo, opción que se hizo efectiva un año después.
Lo del delantero fue un culebrón que no tuvo final feliz hasta el 31 de agosto y con el presidente remangado en las oficinas del Bernabéu. Antes se consumieron muchos capítulos, siendo el más destacado el que tuvo lugar en la costa italiana. Hasta allí se desplazó Florentino con su yate y con Massimo Moratti, presidente del Inter de Milán. A las 6:30 p.m. y tras 90 minutos de reunión, Ronaldo se acercó un poco más al Real Madrid, pero no de manera definitiva. No hubo baño ni nadie se tiró por la borda. Era el 22 de agosto de 2002 y todavía restaban otros 9 días para el desenlace.
La del inglés fue una llegada por etapas. Primero el colegio, luego la casa, más tarde la bota volando a la ceja del centrocampista lanzada por Ferguson, hasta que un primaveral, pero frío día en Bruselas, Florentino Pérez pronunció el ya legendario ‘Never, never, never’. En ese momento, abril de 2003, el Barcelona asediaba al todavía jugador del Manchester United y el propio Beckham tampoco lo veía claro. La estrategia invitaba a alguna mentira piadosa. Meses después Beckham fichó.
La escena tuvo lugar en los últimos días del mes de junio. No es normal que un presidentes se desplace hasta la casa del objetivo, pero en esta ocasión creyeron que merecía la pena, tal y como certifica que Benzema todavía continúe en el Real Madrid. Y hasta Lyon se fue Florentino para convencer al francés de su fichaje por el club blanco. En la casa y en el territorio del galo consiguió el sí de Karim.