El astro brasileño reveló los detalles de las complicaciones que vivió para poder finalmente sentirse parte del equipo azulgrana.
Tras varios días en el anonimato, teniendo en cuenta que se encuentra de vacaciones, Neymar Júnior ha vuelto a ser protagonista en el fútbol mundial por cuenta de una reciente entrevista en la que habló de las dificultades que tuvo para adaptarse al FC Barcelona.
Neymar ha sido el protagonista del último ‘Caldeirão’ un programa muy conocido en Brasil y cuyo presentador, Luciano Huck, es íntimo amigo del futbolista del catalán. El delantero brasileño respondió a todas las curiosidades del periodista y de Lucianinho, jugador más destacado del humilde Barcelona de Curicica, que disputa la segunda B carioca en el barrio de Padre Miguel de Río de Janeiro. Te dejo con las declaraciones de Neymar.
Adaptación: «Comienzas todo de cero. Lo que has hecho en Brasil no vale de nada aquí. Tienes que demostrar lo que vales. Tienes que luchar… yo tuve dificultades para adaptarme. Al final salió todo bien gracias a la ayuda de mis compañeros, de familia y mis amigos. Eso me ayudó a mantenerme enfocado y concentrado. Yo no pienso que hay un partido el sábado y el sábado siguiente hay otro».
Diferencias: «Entraba en el vestuario, miraba para un lado y estaba Messi, miraba para otro y estaba Xavi, Iniesta, Piqué, Dani Alves… pensaba que estaba dentro de un videojuego. Un día estaba jugando con ellos en la consola y al siguiente estaba allí dentro. El primer mes fue bien complicado. Yo tenía vergüenza de hablar con Messi, son ídolos para mi. Además era el más joven prácticamente».
Fama: «El fútbol es una caja de sorpresas y nunca sabes lo que va a pasar. Cuando te haces famoso aparecen mujeres por todos lados pero también aparecen primos de cualquier lugar… de todos los grados. Tengo ganas de jugar en el Flamengo porque recuerdo un partido con el Santos que íbamos ganando y la afición no paraba de animar».
Necesidades: «Yo valoro mucho a la gente que me ayudaba en los momentos en los que más lo necesité. Cuando no tenía unas botas para jugar y alguien iba y me las compraba. Me acordaré de esos detalles el resto de la vida, estoy muy agradecido a esas personas. Mucha gente me ayudó bastante porque mi padre no tenía dinero para nada, tenía para comprar comida. Pasamos sofoco».
