El experimentado centrocampista colombiano, de 37 años, confirmó que dejará la actividad deportiva a finales de este año 2017.
Entre las muchas cosas que hacen del fútbol el deporte rey sobresale la mezcla de emociones que un aficionado puede vivir a través del mismo. Es decir, así como en ocasiones se ve a los hinchas llorando de felicidad, también es muy común verlos tirados en llanto por una triste causa.
Ese mar de emociones y sentimientos encontrados también se experimenta por intermedio de los jugadores. Desbordante es la alegría de los fanáticos cuando su jugador favorito anota un gol o los guía a la consecución de un título; sin embargo, la cosa cambia y esos sentimientos se dilatan cuando ese futbolista decide no continuar en el fútbol profesional y poner punto final a su carrera deportiva.
Dichas sensaciones son las que viven por estos días los seguidores de Mauricio Alejandro Molina Uribe, luego de que el habilidoso y experimentado centrocampista del Independiente Medellín anunciara su partida definitiva del deporte al que le entregó los mejores años de su vida y en el que consiguió hacer un lugar entre los mejores de la historia. Molina, entre lágrimas, reconoció en rueda de prensa que fue una decisión difícil de tomar y agradeció al conjunto poderoso por tantas alegrías brindas.
Retiro: «Es difícil anunciar mi retiro, es un momento muy duro para mí y para mi familia, fueron 20 años de una carrera muy linda, le debo todo al fútbol y quiero agradecer a todas las personas que hicieron parte de mi carrera, principalmente a mi familia que estuvo siempre conmigo, a todos los clubes que me dieron la oportunidad de jugar, a todos los entrenadores que tuve, a mis compañeros y en especial al fútbol que me dio la oportunidad de conocer muchos países, vivir cosas maravillosas y cambiar la vida».
Decisión: «Sentía que era el momento de retirarme, quería volver al equipo, volver a ser campeón y lo logré, eso me dio la tranquilidad para asumir este momento de la mejor forma. Físicamente me encuentro bien, tuve la ventaja de no tener lesiones grave durante mi carrera, pero creo que los jóvenes están marcando la pauta; muchas veces la cabeza quiere pero el cuerpo no te acompaña y eso es difícil asumirlo. También pensé en que es momento de compartir más tiempo con mi familia. No sé cómo será la vida sin fútbol».
Futuro: «Como entrenador no me he visto, me gusta más la parte administrativa, me veo con mucho más potencial ahí. Por ahora voy a seguir estudiando y me voy a seguir preparando para ver qué posibilidades hay en el futuro. Me faltó haber jugado un Mundial, siento una envidia muy sana por los chicos que están en la selección, hago fuerza por ellos. Eso es lo más grande que puede aspirar un jugador, yo no tuve esa suerte, me voy con esa deuda pendiente».