El modesto equipo argentino se ha dado a conocer a nivel mundial por cuenta de sus peculiares maneras de saltar al campo de juego.
En el fútbol, como en la misma vida, hay diferentes formas de transcender y perdurar a través de los tiempos. Algunos equipos como el FC Barcelona hacen historia por su estilo de juego, otros como el Real Madrid por su capacidad financiera para fichar estrellas y otros como el Sacachispas FC por su especial manera de intimidar a los rivales.
Estamos hablando de uno de los equipos de moda en Argentina, un recién ascendido a Tercera división (Primera B Metropolitana), que viste de blanquivioleta, presume de un curioso nombre y salta al terreno de juego con disfraces. Su última «locura», posando vestidos de soldados romanos con casco, espada y escudo antes del choque de dieciseisavos de la Copa Argentina ante Sarmiento de Junín, ya le ha dado la vuelta al mundo. Perdieron y acabaron eliminados, pero volvieron a demostrar que el fútbol no tiene que ser tan serio como a veces se pinta.
El Sacachispas empezó a sonar con fuerza al dar la campanada en el mes de mayo dejando fuera de la Copa Argentina al Arsenal en la tanda de penaltis. Aquel día los humildes jugadores del bonaerense barrio de Villa Soldati formaron en ‘V’ ante las cámaras de la televisión nacional con máscaras de superhéroes y su nombre, inspirado en la película ‘Pelota de Trapo’ de los años 40, saltó de golpe a las redes sociales.
Son futbolistas amateurs que luchan y juegan como profesionales pero que se divierten sobre el terreno de juego como el grupo de amigos que son. «Nuestras locuras en la son para dar alegría y desdramatizar el fútbol. Una vez que empiezan los partidos nos ponemos serios y asumimos el compromiso», confesaba Darío Carpintero, defensa de afición y basurero de profesión, en un reportaje en Clarín.
Un mes después lograron su histórico ascenso a la Primera B a falta de tres fechas para el final del campeonato. «Estamos soñando despiertos, es una locura, vivo en el barrio y soy hincha», explica Carpintero, histórico del club al que llegó en 2001 y vivió el ascenso a Primera C, la cuarta categoría del fútbol argentino, en 2003.
De camino al ascenso no llevaron máscaras ni espadas, pero sí empezaron a forjar una divertida tradición posando en extravagantes formaciones para la foto de cada partido. En pirámide, rombo, con gorros de Papá Noel en Navidad o con orejas de conejo para felicitar las Pascuas.
A algún rival no le hizo mucha gracia pero casi todos felicitaron al Sacachispas por su originalidad y buen humor. Y sus fotos, poco a poco, empezaron a ser conocidas en Argentina. Hoy, todo el planeta fútbol empieza a ubicar a unos ‘locos’ soldados romanos colíderes provisionales de la Primera B.