Mark Flekken, guardameta del Duisburg de Alemania, se olvidó por completo del partido y terminó regalándole una anotación al Ingolstadt.
La cuarta jornada y última jornada futbolera en fin de semana de febrero ha estado marcada, como de costumbre, por las atajadas, golazos, jugadas y bloppers, entre otras cosas, que se vivieron en los diferentes lugares del mundo donde ha habido actividad. Dicho de otra manera, representada por los hechos que han derivado de la acción en competiciones locales como la Bundesliga y la Ligue 1, por mencionar algunas.
Uno de los sucesos que se presentó durante las últimas horas y que ha dado mucho de qué hablar en la prensa deportiva mundial es el protagonizado por Mark Flekken durante la ajustada victoria del Meidericher Spielverein Duisburg 02 (2-1) ante el Fußball-Club 2004 Ingolstadt, en partido valido por la jornada 24 de la 2. Bundesliga de Alemania. El portero local sorprendió a propios y extraños tras cometer un increíble despiste que terminó en el gol del descuento de los visitantes.
La desafortunada jugada nació en un gol que el colegiado anuló al Duisburgo. El Ingolstadt puso el balón en juego mientras algunos rivales protestaban y otros, como Flekken, ni siquiera se habían percatado de la decisión del árbitro. El rápido ataque de los visitantes acabó siendo el tanto del empate, después de que Mark, portero local, se pusiera a beber agua en medio del imperdonable despiste. Solo siete minutos antes, todavía con el 0-0 en el marcador, Flekken había atajado un penalti. Como bien dicen por ahí: fue héroe y villano en 90 minutos.
