La implementación del VAR y de otras ayudas audiovisuales, harán de la próxima Copa del Mundo la más innovadora de toda la historia.
La FIFA está decidida a que el Mundial de Rusia 2018 sea recordado como el de la tecnología, que sea la Copa del Mundo en la que el fútbol se ponga a la par de aquellos deportes como el hockey sobre hielo, en aprovechar las vías que se abren a través de los nuevos canales de información. Te dejo con las 5 razones por las que habrá un antes y un después de este Mundial.
Este sábado quedará aprobado de manera definitiva el uso del videoarbitraje para el Mundial de Rusia 2018, pero lo hará con varias voces en su contra ante lo que consideran imperfección del sistema. El gran aliado del VAR no es otro que Gianni Infantino, presidente de la FIFA y que ha llegado a declarar que «no podría vivir si la final de un Mundial se decide por un fallo arbitral, cuando todos sabemos lo que ha ocurrido menos el árbitro».
Gianni Infantino ha apoyado de manera abierta la presencia del videoarbitraje en el Mundial, a lo que suma la decisión de que en Rusia los médicos cuenten también con la ayuda del vídeo para casos de lesiones graves, sobre todo de golpes en la cabeza.
Cada selección podrá tener en la grada, apoyándose en monitores, a tres de sus analistas para que puedan enviar directamente las imágenes al banquillo. Estará permitido que a través de un pinganillo estén en contacto permanente los técnicos que están a pie de campo y los que siguen lo que ocurre a través de los monitores.
El entrenador tendrá en Rusia 2018 un material audiovisual de los primeros 45 minutos para corregir situaciones durante el descanso y que los futbolistas vean directamente qué y cómo está pasando. Y en el partido puede comenzar a ser posible que las indicaciones se empiecen a dar a través de una tablet en la que el futbolista vea lo que se le pide y por qué.
Este proceso tecnológico necesita una potente infraestructura en los 12 estadios donde se jugarán los 64 partidos del Mundial de Rusia 2018, pero la FIFA no va a escatimar esfuerzos en este intento de que el fútbol avance al ritmo que se supone al deporte más popular del planeta.
