Los tres equipos más grandes y con mayor hinchada de Colombia cerraron este año con balances muy negativos y pocos títulos en sus vitrinas.
La eliminación de Nacional, Millonarios y América de la Liga Águila II-2018 marcó un hecho histórico en el fútbol colombiano: quedaron al margen de la disputa por el título con el peso que eso representa para sus historias, llenas de títulos y épocas gloriosas.
El fracaso de los tres equipos más grandes y con mayor hinchada de Colombia nos obliga a repasar cómo fue en realidad su año y cuáles podrían ser las razones de su bajo rendimiento. En términos generales, todos cerraron este 2018 con balances muy negativos y pocos títulos en sus vitrinas. Veamos qué fue lo que pasó.
El equipo verdolaga inició el 2018 con derrota ante Millonarios en la final de la Superliga, cerró el primer semestre perdiendo la final de la Liga I ante Tolima y acabó con la era de Almirón tras la eliminación de la Libertadores a manos de Tucumán.
Con Herrera ganó la Copa ante Caldas y en el debut de Autori quedó eliminado de la Liga II al empatar con Leones. En resumen, cuatro fracasos estruendosos, con escándalo de un referente como Dayro Moreno de por medio y la salida de un técnico. Una pobre campaña que una Copa difícilmente podía salvar.
El fracaso del cuadro embajador tuvo varios capítulos a lo largo del año y estuvo marcado por la enfermedad de Miguel Russo. Pese a que inició con el título de la Superliga ante Nacional, quedó prematuramente eliminado de la Libertadores y no consiguió clasificar a los play offs de la Liga I.
En la segunda parte del 2018 sufrió un doble golpe por cuenta de Santa Fe, que lo eliminó de la Sudamericana y lo goleó en la última fecha del todos contra todos. En conclusión, una Superliga que pese a ser obtenida ante un clásico rival, se quedó corta en el balance para un club que exige muchísimo más.
Si en Medellín y Bogotá llovió durante el 2018, en Cali no escampó. De los tres grandes fue el que peor año tuvo pues no logró sumar ningún título y anduvo de fracaso en fracaso a lo largo de los torneos. Fue rápidamente eliminado en la Sudamericana y no logró clasificar a los cuartos de final.
El equipo empezó el año siendo dirigido por el uruguayo Da Silva, continuó bajo el mando del portugués Felicio Santos y terminó con Fernando Castro en el banquillo. Finalmente, un año más en blanco para los diablos rojos, con la hinchada alejada del estadio y en constante choque con la dirigencia.